Lo deseable es que la actual huelga, al menos por ese motivo, sea la última pues no es justo que los educadores, como ningún otro trabajador. no reciban su salario a tiempo.
Lo viable es determinar los cuellos de botella que están impidiendo que a los educadores se le pague lo que se les adeuda. Para así identificados estos cuellos de botella, proceder a su eliminación, con lo que se acabaría el problema.
Ahora quiero ir un poco más allá y sin conocer los detalles que originaron el actual no pago a los educadores y como un simple espectador externo, me atrevo a afirmar que el origen de esta indebida práctica de no pago de los salarios a tiempo, está en la centralización y concentración tanto de los pagos, como del reclutamiento de los profesionales que van prestar sus servicios a lo largo y ancho del territorio nacional.
El doctor Johnny Meoño Segura, ex catedrático de la Universidad de Costa Rica, lleva más de 40 años, alertando a las autoridades públicas y a toda la ciudadanía, a través de sus comentarios en la página de opinión del periódico La Nación, sobre la urgencia de descentralizar y de concentrar el poder político hacia las regiones, hacia las comunidades.
Cuando el doctor Meoño inició su esfuerzo de convencimiento de la importancia de descentralizar y desconcentrar el poder político, no existían, en ese momento, el desarrollo tecnológico de lo que algunos llaman las Info-Comunicaciones, pero hoy la historia es muy diferente. Existen ya los medios tecnológicos suficientes y necesarios a disposición del Gobierno de la República para descentralizar y desconcentrar muchas de sus operaciones diarias hacia las regiones y comunidades.
Pero además liberado el Gobierno central de mucho de su actual trabajo operativo, se podría concentrar en la verificación, prácticamente, en línea de lo qué están haciendo las diferentes comunidades y regiones con los distintos recursos destinados para atender las necesidades de sus pobladores en áreas más estratégicas para el bienestar de la gente como son la Educación, Salud, Seguridad e infraestructura pública, solo para citar unas.
Dicen que las crisis en sí mismas no tienen por qué ser malas, sino que son oportunidades para crecer pues bien que la actual huelga sea una oportunidad, para modificar prácticas obsoletas de administración y se explore nuevas formas para realizar las viejas tareas.