Bajo un enfoque pragmático y sencillo, se decidió tomar como texto base para las discusiones el Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y Perú, con lo que la negociación se enfocó en aspectos puntuales de interés en la parte normativa y en el programa de desgravación arancelaria. Esto permitió una discusión estructurada, ágil y fluida, la que, aunada a un amplio proceso público de consultas con el sector productivo, facilitó trazar la hoja de ruta que nos llevó a alcanzar un resultado muy balanceado.
El TLC es un instrumento comercial moderno, que establece un marco jurídico con reglas claras, estables y transparentes, que brinda seguridad y confianza a las relaciones comerciales y de inversión existentes. El acuerdo fomenta también un ambiente favorable para el desarrollo de nuevas inversiones en ambas vías, y para el incremento de los niveles de comercio y cooperación. Adicionalmente, dispone de elementos innovadores tales como la promoción de la interoperabilidad de las ventanillas únicas de comercio exterior, con el objetivo de simplificar y facilitar la transmisión de datos en las operaciones comerciales; e incorpora por primera vez la defensa del consumidor a través de mecanismos de cooperación, notificaciones, e intercambio de información entre las autoridades competentes.
Actualmente, tenemos una integración real muy sólida entre Costa Rica y Colombia. En el último año, Colombia ocupó el segundo lugar como destino de los productos costarricenses exportados a Sudamérica y es la segunda fuente de origen de importaciones de esa región. En el 2012, se registró la participación de 56 empresas costarricenses que no habían vendido previamente en Colombia (42% del total), lo cual refleja no solo el interés en este mercado, sino también la competitividad del sector productivo nacional.
En el 2011 y 2012, Colombia ocupó el cuarto lugar como país de origen de la inversión recibida en Costa Rica. Asimismo, existen cada vez más inversiones costarricenses en tierras colombianas, colocándonos como los máximos inversionstas de Centroamérica en ese país.
El TLC se enmarca en un contexto más amplio. En particular, es un paso determinante para la incorporación de Costa Rica como miembro pleno de la Alianza del Pacífico. Este bloque de integración comercial, conformado por Colombia, Chile, México y Perú, representa no sólo más de la mitad de las exportaciones de América Latina, sino también a un grupo de países que promueven la integración de sus mercados, el mejoramiento de la competitividad y la facilitación del comercio. Se constituye, además, en una herramienta valiosa de vinculación con la región de Asia-Pacífico y, más aun, con otras regiones del mundo, en tanto la Alianza ha despertado el interés de importantes socios en el mundo.
Con la firma del acuerdo en mayo próximo y su posterior aprobación legislativa esperamos sentar las bases de una renovada relación, cada vez más sólida, entre nuestras dos naciones que, abra paso además, a la presencia de Costa Rica en un grupo de grandes naciones latinoamericanas que buscan, a través del comercio y la integración, un mejor nivel de vida para sus poblaciones.
Anabel González
Ministra de Comercio Exterior