En su artículo, La Alternativa Social: GarantíasEconómicaso Sangreindica que “……..solucionar un solo problema de los muchos que en lo económico-social enfrenta Costa Rica es imposible... sin una reforma profunda del sistema….” Y como si su pensamiento hubiera sido vertido hoy, agrega “….lo que debe rectificarse no son los detalles y adornos del régimen sino los conceptos básicos, los planteamientos centrales de los que se deriva todo el ordenamiento social. Hay que cambiar el módulo del edificio institucional que alberga a la humanidad” por ello “….elsector está llamado a ser el Tercer Sistema de un mundo globalizado que cobije a seis mil millones de seres humanos de los más variados credospolíticos y religiosos”
Es común escuchar que el éxito del solidarismo debe ser medido por sus aportes al bienestar colectivo e individual de los trabajadores (as) afiliadas. ¿Quién no ha escuchado decir que el desempeño de una asociación solidarista se mide por el volumen de excedentes a distribuir el fin de año?¡Claro que este es un objetivo central de nuestra razón de ser!
No obstante, a través de sus escritos, D. Alberto insistentemente nos recuerda que el fondo de capitalización laboral que da sustento al solidarismo no es un fin en sí mismo, sino un medio para la lucha contra la pobreza, la generación de empleo digno y la reducción de la concentración de la riqueza cada vez más creciente en nuestro país.
No hay que tener miedo a señalar, que el solidarismo es un movimiento de naturaleza política. Política como un ejercicio noble de vocación social y pública genuina, con los más altos estándares éticos y de transparencia.¡Pero cuidado!, no estamos al servicio de ningún partido político, por coincidente que sea su ideario con nuestra misión o visión. El solidarismo está al servicio del país, de la clase trabajadora y del bienestar del mayor número de costarricenses. Ese es el norte político que nos inspira.
Como movimiento estamos obligados a ocupar el espacio en el escenario político nacional que por derecho propio nos corresponde. Sus organizaciones de integración y asociaciones afiliadasdeben abrirse al conocimiento de la realidad nacional, al establecimiento y fortalecimiento de los canales de diálogo con el gobierno nacional y local, el congreso, los partidos políticos, las cámaras empresariales, los medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil organizada, no solo para ver consolidados los logros que se han alcanzado para el bienestar de los trabajadores, sino para que nuestra voz esté presente en la construcción de una patria más justa, participativa y democrática para las grandes mayorías de nuestro país.
Persistir en este camino es la mejor forma de honrar la ruta que D. Alberto Martén nos marcó como movimiento social y político.
El solidarismo nació de la visión y liderazgo de D. Alberto Martén. Desde su concepción original, reiteradamente D. Alberto señaló que su objetivo era promover valores, principios y acciones con sello solidarista para la transformación política, social y económica de Costa Rica.
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