Ahora bien, es cierto que cuando los medios de comunicación nos informan sobre los inverosímiles manejos del MOPT, sobre tener la trocha más cara del planeta, o la gasolina más costosa de Centro América, los aumentos al costo de servicios públicos, o que algunos EBAIS se van cerrar porque terminaron contrato con la UCR , o que nuestra canasta básica incluye en su lista el vinagre y la tiza en barritas pero excluye el lomito de res y los duraznos, cuesta creer tal aseveración de la felicidad.
No obstante lo anterior, más importante aún es encontrar dónde y cómo se alcanza la felicidad. Cualquier persona puede vivir en Costa Rica y ser la persona más infeliz del mundo y con ello contradecir los índices mencionados, porque la tan anhelada felicidad no está fuera de nosotros, ni depende de factores externos, sino que, la encontramos dentro de cada uno de nosotros mismos y definitivamente sí depende de nuestra capacidad individual de percibir que cada día nos ofrece una oportunidad diferente, y una nueva ventana para surgir y perseguir los deseos de nuestro corazón.
La sabiduría divina nos enseña que a cada día le debe bastar su propio afán, que nuestro corazón mana la vida, y por ello debemos concentrarnos en vivir tan solo un día a la vez, en hablar bien (bendecir), en recuperar y aplicar valores tales como el respeto, la tolerancia, la honradez, la integridad y la cordialidad. Busquemos la paz y la tranquilidad cada día, seamos felices con lo que tenemos hoy, en lugar de vivir pensando en lo que no tenemos, y sin duda seremos felices, sin depender de nuestra huella ecológica.
En el 2013, usted y yo, tendremos 365 oportunidades para hacerlo bien, para esforzarnos más, para buscar la excelencia, para honrar a nuestros padres, para obedecer a nuestras autoridades, para ser ciudadanos que aporten al país, para seguir las reglas, para producir, para amar, para ayudar, para tomar decisiones correctas, o bien para corregir si nos equivocamos, para no infringir la ley de tránsito, para pagar nuestras deudas, para lograr que nuestra si sea “si” y nuestro no sea “no”, para analizar responsablemente a quiénes elegiremos como nuevas autoridades de la República, en fin, disponemos de 365 posibilidades nuevas para mejorar.
Queda extendida la invitación para que lo intentemos y tengamos una verdad real y entonces logremos decir unánimemente: SI, es cierto, Vivimos en el país de la gente más feliz del mundo.
Roxana María Arguedas Castro