¿Cuántos kilómetros de caminos han sido asfaltados gracias a que la comunidad paga el costo del combustible y pone la mano de obra? ¿Cuántas escuelas han sido construidas con el apoyo de padres de familia que se han convertido en constructores, en maestros de obras, en peones que jalan carretillos o se ponen a pintar techos? La dirigencia comunal está compuesta por gente de todos los estratos sociales. Me encanta ir a las actividades de los pueblos, a los turnos, a los bingos… Me encanta ver esa gran cantidad de mujeres que se levantan de madrugada a hacer tamales para las fiestas cívicas. Me encanta ver cómo se las ingenia le gente y cómo el comercio y los empresarios en general aportan para las actividades de recaudación de fondos. Un comerciante pone un horno de micro ondas para que sea rifado, otro comerciante pone la pólvora y las bombetas, un pequeño ganadero regala un ternero, otro agricultor pone el chicasquil y el arracache, otro mata un chancho y aporta la carne para los tamales. La gente de los pueblos sabe hacer subastas, sabe instalar un redondel para la diversión, sabe que un baile no sólo es una fiesta para la comunidad… También es la forma de recoger un dinerito para arreglar y pintar los poyos del parque, para pintar los marcos de la plaza, para pintar el techo de la escuela o construir un aula para el kínder, para arreglar un camino o para poner las alcantarillas que están urgiendo para el infierno. ¿Cuánta gente pasa toda su vida en comités, asociaciones y juntas escolares? ¿Tendrán claro los políticos del país que estos dirigentes son la gran reserva que tienen los pueblos? ¿Tendrá claro el Ministerio de Obras Públicas y Transportes que urge la activación de comités de caminos para acabar con la seria crisis de infraestructura? He vivido de cerca esta realidad con montones de dirigentes que luchan por la reparación de un templo o con los dirigentes que pelean por la conservación de las tierras donde están las nacientes de agua de muchas comunidades. Por ejemplo, creo en los dirigentes que quieren que nazca un parque nacional donde nacen todos los ríos del sur de Pococí. Creo en los dirigentes que luchan en la Zona de los Santos para que el río Saavegre siga siendo el más limpio de América Latina. Creo en los dirigentes que defienden las nacientes que le dan origen al río Jorco, a la quebrada Mena y a la quebrada Tablazo, en Copalchí de Cartago. Asimismo, aplaudo la campaña que promueve que la gente más joven, los nuevos padres de familia, se integren a las juntas escolares y a los patronatos. Es fundamental que sigamos trabajando en los pueblos. El Estado no puede ni debe hacerlo todo. Los pueblos tenemos que seguir al frente de las luchas de las comunidades.