Lunes, 24 Mayo 2010 08:45

El gran ejemplo del Estadio Nacional

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Todas las semanas voy a caminar a La Sabana. Por eso, he tenido la dicha de ver cómo avanza con una rapidez extraordinaria la construcción del Estadio Nacional. La construcción de este gran edificio, que será un referente obligatorio de la capital, nos deja una gran lección de uso apropiado del tiempo.

Tan rápido han construido el Estadio Nacional, y tan lentos somos en el país para cualquier construcción, que el Estadio Nacional estará en menos tiempo que la ampliación de la calle paralela de Sabana Sur, justo donde inicia la carretera de Santa Ana, Ciudad Colón y Caldera. Ha sido más rápida la construcción del Estadio Nacional que la ampliación de la carretera de San Francisco de Dos Ríos, para poner en perspectiva la rapidez de esta construcción.

Es un gran ejemplo de que las cosas se pueden hacer con prontitud. Este país tiene que tomarlo como gran espejo nacional, y exigir a todos los sectores que hagamos todo con velocidad, con sentido de urgencia, como si nos respiraran en la oreja, como si nos estuvieran majando los talones.

Hay que manejar con sentido de urgencia el arreglo de las carreteras, el arreglo de los puentes, la lucha contra la delincuencia, la construcción de cárceles, la construcción de aulas de escuelas y colegios, la construcción de canchas multiuso, la remodelación de los puertos y los aeropuertos, la construcción de orfanatos y guarderías. Todo tiene que ser rápido. Debemos pensar en las soluciones siempre con sentido de prontitud.

Si tuviéramos sentido de urgencia y de prontitud para aligerar todos los procesos y resolver lo que se puede solucionar con sólo hacer que las cosas se hagan, Costa Rica tendría lo suficiente como para dar grandes saltos hacia adelante y estar a punto de caramelo para convertirse en un país desarrollado. Lo que nos mata es la lentitud.

Tenemos todo para ser el primer país de América Latina en desarrollarse: no tenemos ejército, invertimos en educación y salud como si fuéramos un país desarrollado; tenemos índices e indicadores similares a los países nórdicos; creamos el solidarismo para que no haya lucha de clases; tenemos una cuarta parte del territorio en protección; tenemos un gran andamiaje institucional con la Universidad de Costa Rica, la Universidad Nacional, el Instituto Tecnológico de Costa Rica, la UNED, el INBio, el CATIE, el INCAE, la EARTH,  la OET, el

 

 

INCAE y una gran cantidad de instituciones similares; pero somos lentos, todo lo retrasamos; para todo tenemos excusas, pretextos y trampas; navegamos en un mar de papeleos y trámites; en resumen, tenemos fascinación por los requisitos y la tramitonomía, por lo cual debemos amarrarnos del ejemplo del Estadio Nacional, guindarnos de ese testimonio vivo para decir… “sí se puede, Costa Rica, sí se puede”. Por favor, hagamos las cosas con rapidez, con prontitud, con sentido de urgencia, como nos han demostrado los obreros chinos con la construcción de este bellísimo Estadio Nacional. ¿Por qué si los chinos lo hacen, nosotros no podemos? Aligeremos a Costa Rica, metamos el acelerador, por favor…