Martes, 14 Abril 2015 05:45

El Costo de las Tonterías …

El Presidente de la República fue categórico al decir que él está dispuesto a asumir costos políticos pero NO por tonterías. A partir de esa proclama y en aras de las coherencia entre lo dicho y la acción, uno esperaría que con toda contundencia, se apliquen las sanciones que procedan y contra quien corresponda, luego de las desacertadas actuaciones de los últimos días de algunos jerarcas y de todo el séquito de asesores que una vez más, meten la pata de forma tan aberrante.

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El envío de un borrador de ley plagiado de países con los que en nada queremos parecernos en cuanto al tratamiento de la libertad de expresión, lanza una serie de dudas pero ante todo de preocupación, respecto de cuál es el rumbo, hacia dónde estamos navegando y sobre cuáles son las reales intenciones de algunos.

Al término del primer año de gobierno, los desaciertos y las metidas de pata han sido descomunales. Empezando no más, fue el tema del asesor de casa presidencial, luego las metidas de pata del Ministro de la Presidencia, los criterios en redes sociales de embajadores que han puesto en la picota hasta las relaciones con naciones amigas.

La semana pasada, la torpeza y ligereza de una funcionaria, usando palabras ofensivas en contra de los sacerdotes, porque el Arzobispo de San José expresó el criterio de la Iglesia sobre el tema del aborto, propició una queja de parte de la Conferencia Episcopal ante la Cancillería.

Todos estos acontecimientos han sido no solo lamentables por el común denominador de precipitación y tontera, pero lo acontecido en los últimos días en relación con la ley mordaza impulsada desde el MICIT, nos dejó pasmados a todos los que hemos defendido la libertad de expresión como sostén de la institucionalidad democrática en este país.

Eso de que “lo advertimos” suena tal vez feo, pero es justo decir que esto viene siendo objeto de advertencia desde hace muchos meses aquí en PANORAMA. Este proyecto es la barbarie de la incompetencia, que hoy nos tiene en la mira internacional como un país que promueve estas mordazas vulgares, propias de dictaduras disfrazadas y que no le vienen nada bien a una de las democracias más antiguas de América Latina.

Que un funcionario de alto nivel diga que no sabía que el documento era un plagio, que se justifique en no ser abogado para esconder su impericia y que un cuerpo legal de asesoría permita que un mamotreto de estos, eventualmente, hasta se pudiera enviar a la Asamblea Legislativa y ser ley, crea dudas razonables sobre cuál es el verdadero espíritu de esta lamentable estulticia, para no decir su horrible sinónimo.

Con el respeto que merece la figura del Señor Presidente. No se trata de costo político, porque es el cálculo político lo que precisamente nos tiene desde hace décadas, sumidos en perennes actos de sandez.

Ya es hora que rueden las cabezas que tengan que rodar en altas y bajas esferas. El gobierno debe hacer un alto YA, debe purgarse y parar tanto desacierto, debe retirar esta vergüenza de proyecto de ley y debe dejar de justificar a funcionarios que no están dando la talla. Con todo respeto, le hago al señor Presidente la sugerencia de que saque a los incompetentes que hay en su Gobierno, porque así como usted no quiere asumir el costo político por tonterías, tampoco es justo que el país asuma el costo salarial de gentes amantes de hacer tonterías…
Comentario de Alexander Hernández Camacho