Martes, 15 Enero 2013 05:21

Dos retos que tiene al frente la democracia costarricense

En Costa Rica disfrutamos de una democracia ejemplo y hasta envidia de otros pueblos, cada cuatro años, las y los electores acudimos a las urnas, ante el llamado que nos hace el Tribunal Supremo de Elecciones para escoger en absoluta libertad a quienes irán a los concejos municipales, a integrar la Asamblea Legislativa y quién será el Presidente y Vicepresidentes de la República.

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Lo anterior, es absolutamente cierto pero dista mucho de ser una democracia integral pues tener el derecho al voto es solo una pequeña parte de la vivir en democracia.
El diccionario de la Real Academia Española nos da dos acepciones para la palabra Democracia, una es doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno y la otra es predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.
Es claro y evidente que en una efectiva democracia el pueblo, conocido en Teoría del Poder, como el Soberano en la democracia, debe intervenir directamente en los asuntos públicos que afectan vida y haciendas de las personas.
El primer gran reto de nuestra democracia es pasar a una más participativa que representativa. Algo que pareciera que comienza a estar claro para algún sector creciente de la ciudadanía. Esto unido a los grandes desaciertos de la clase política tradicional, fundamentalmente, producto del ejercicio de una democracia electoral, donde quienes van a los puestos públicos, en número importante, una vez elegidos, se desligan, paradójicamente, de las necesidades y expectativas de quienes les dieron su voto para llegar a los diferentes puestos.
La elecciones del 2014 parecieran, que al menos que suceda algo sorpresivo, será un proceso más de trámite para cumplir con la ley, más que vivir una experiencia democrática real. Esto lo digo porque, probablemente, el candidato presidencial del Partido Liberación Nacional, será elegido por la Asamblea Nacional de ese partido, sin que haya una convención abierta pues pareciera que el único pre-candidato será el señor Johnny Araya Monge y en la oposición lo que hay es una gran atomización y dispersión de partidos políticos que difícilmente uno logrará entusiasmar a un porcentaje importante del electorado, como para alcanzar el cuarenta por ciento de los votos válidos emitidos.
Un segundo gran reto es lograr que ese más del cincuenta por ciento del electorado, que en las encuestas manifiesta no tener partido político y no saber si van a ejercer su derecho al voto; debido a la desilusión con los partidos políticos y la clase política vigentes, tenga una opción diferente que lo tome en cuenta e ilusione al involucrarlo en la creación de una alternativa nueva y diferente de acción política, marcando así la transición de una democracia fundamentalmente electoral a una mucho más participativa que representativa. Por lo tanto, esta opción debe ser creada por el mismo pueblo, por el Soberano.