Hago la remembranza, porque después de 10 años la cosa no ha mejorado y más bien podríamos decir que ha empeorado. La oferta televisiva nacional es realmente preocupante. Novelas de 10 am a 11 pm casi ininterrumpidamente, programas de entretenimiento que de lunes a viernes inundan la mente de nuestros niños y jóvenes con una cantidad de sandez y vulgaridad, que asusta. Transmisión de un campeonato de fútbol que da pena ajena, no sólo por la calidad sino por la violencia que a menudo nos recetan.
Los noticieros, que deberían ser agentes formadores de opinión con sus editoriales, en muy contadas ocasiones y cuando la situación es obvia, los directores salen con algún espacio editorial de llamado a la reflexión sobre algún tema en específico.
Sin duda tener competidores es bueno, pero cuando quien demanda es poco exigente yla competencia por el ranking toma preponderancia;les lleva a una lucha en la que la primicia manda, aunque eso signifique degradarse. El guion de cada noticiero es el mismo, sin importar la hora. Empiezan a las 6 am con el show que montan, cuando el OIJ va a realizar un allanamiento, en el que la espectacularidad con que arrancan portones y gritan, pretende emular a los CSI de Las Vegas, New York o Miami.
Les sigue, la moda, pero no la de las pasarelas francesas o neoyorquinas, sino la del recuento de asesinatos por sicariato que son una verdadera tragedia nacional que no es exclusiva de Limón sino que abunda ya en el Valle Central y el resto del país.No hay el más mínimo pudor de transmitir los ajusticiamientos captados por cámaras de seguridad que inundan nuestras calles. Ni qué decir de los accidentes de tránsito captados por esas mismas cámaras, cosa que les encanta transmitir.
Antes de cada corte comercial, debe usted soportar los vídeos que bajan de YouTube para rellenar el espacio o bien, pasar el último “selfie” que se tomó la actriz sin maquillaje, el actor con la panza al descubierto en el balcón de un hotel en Miami, o la noticia de que una actriz famosa por sus borracheras y escándalos,quiere ser candidata a la presidencia de los Estados Unidos.
Necesitamos medios más comprometidos con la formación de la gente, más formadores de opinión y menos vendedores a las masas. Aunque es entendible que la maquinaria publicitaria quiere vender y quien pauta, quiere hacerlo en el medio que a más gente llegue, podría resultar en un arma de doble filo y un alto riesgo en el no tan largo plazo. Decidan ya que quieren vender: ¿Formación o estupidez?