Miércoles, 19 Octubre 2011 05:43

¿De quién depende la aprobación de la reforma tributaria?

A partir de ahora la bola la tienen el Gobierno y sus diputados. Aprobar una reforma tributaria que solucione el déficit fiscal y que introduzca elementos de justicia y solidaridad en nuestra estructura tributaria, dependerá del liderazgo de la Presidenta de la República.
El PAC siempre promovió una reforma tributaria de carácter progresivo. Eso implica el cobro de nuevos tributos a los sectores que más ingresos perciben.
El nuevo proyecto contiene cambios propuestos por sectores sociales y productivos, para avanzar hacia un sistema fiscal más justo y sostenible.
Elementos como el cobro de la renta mundial y la renta global, impuestos a los salarios más altos y a los autos de lujo, así como importantes exoneraciones a los servicios públicos y a la canasta básica, están contenidos en el proyecto, al que se oponen, precisamente, los sectores más pudientes, quienes durante muchos años evadieron su responsabilidad.
Los diputados del PAC apoyaremos la reforma tributaria siempre y cuando el Gobierno y su bancada respeten los acuerdos alcanzados. No aceptaremos ningún cambio, a menos de que sea para consolidar una reforma aún más progresiva.
Le dimos al oficialismo las herramientas necesarias para agilizar el proceso de análisis, discusión y votación del proyecto. Ahora, todo depende del Partido Liberación Nacional.
Nosotros cumpliremos con nuestra obligación y vamos a explicar al país los cambios que logramos en la propuesta. Tenemos los argumentos para debatir con quienes defienden los intereses de poderosos e influyentes sectores que se niegan a contribuir con la sostenibilidad del Estado social costarricense.
Costa Rica no puede permitir otra campaña basada en el miedo. La presidenta Chinchilla debe honrar su palabra, nosotros no le dimos un cheque en blanco; no toleraremos una actitud pasiva. Se requiere liderazgo y honestidad para sacar adelante esta empresa.
Mal harían el Ejecutivo y sus diputados si se cruzan de brazos y permiten que dentro de sus propias filas surjan los enemigos. Las desafortunadas e irresponsables declaraciones de funcionarios como la ministra de Comercio Exterior, Anabelle González, sólo generan confusión y ponen en peligro el principal proyecto de la administración Chinchilla.
Dichas manifestaciones entorpecen y atentan contra el proceso de negociación en el que participamos. El Gobierno y sus diputados están obligados a dar la cara en este momento, a responder y explicar al país su importancia y sus alcances. Atenerse o desentenderse les costará la reforma tributaria.
A partir de ahora la bola la tienen el Gobierno y sus diputados. Aprobar una reforma tributaria que solucione el déficit fiscal y que introduzca elementos de justicia y solidaridad en nuestra estructura tributaria, dependerá del liderazgo de la Presidenta de la República.
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El PAC siempre promovió una reforma tributaria de carácter progresivo. Eso implica el cobro de nuevos tributos a los sectores que más ingresos perciben.
El nuevo proyecto contiene cambios propuestos por sectores sociales y productivos, para avanzar hacia un sistema fiscal más justo y sostenible.
Elementos como el cobro de la renta mundial y la renta global, impuestos a los salarios más altos y a los autos de lujo, así como importantes exoneraciones a los servicios públicos y a la canasta básica, están contenidos en el proyecto, al que se oponen, precisamente, los sectores más pudientes, quienes durante muchos años evadieron su responsabilidad.
Los diputados del PAC apoyaremos la reforma tributaria siempre y cuando el Gobierno y su bancada respeten los acuerdos alcanzados. No aceptaremos ningún cambio, a menos de que sea para consolidar una reforma aún más progresiva.
Le dimos al oficialismo las herramientas necesarias para agilizar el proceso de análisis, discusión y votación del proyecto. Ahora, todo depende del Partido Liberación Nacional.
Nosotros cumpliremos con nuestra obligación y vamos a explicar al país los cambios que logramos en la propuesta. Tenemos los argumentos para debatir con quienes defienden los intereses de poderosos e influyentes sectores que se niegan a contribuir con la sostenibilidad del Estado social costarricense.
Costa Rica no puede permitir otra campaña basada en el miedo. La presidenta Chinchilla debe honrar su palabra, nosotros no le dimos un cheque en blanco; no toleraremos una actitud pasiva. Se requiere liderazgo y honestidad para sacar adelante esta empresa.
Mal harían el Ejecutivo y sus diputados si se cruzan de brazos y permiten que dentro de sus propias filas surjan los enemigos. Las desafortunadas e irresponsables declaraciones de funcionarios como la ministra de Comercio Exterior, Anabelle González, sólo generan confusión y ponen en peligro el principal proyecto de la administración Chinchilla.
Dichas manifestaciones entorpecen y atentan contra el proceso de negociación en el que participamos. El Gobierno y sus diputados están obligados a dar la cara en este momento, a responder y explicar al país su importancia y sus alcances. Atenerse o desentenderse les costará la reforma tributaria.
Manrique Oviedo