Carlos Díaz Chavarría
Es muy común, actualmente, escuchar hablar de crisis económica. Pareciera que es una de las palabras de moda a la que se le están dedicando libros, artículos o congresos. Sin embargo, no se trata de una moda, y menos, solamente, de una crisis económica.
Mujer, aquí tienes a tu hijo; hijo, aquí tienes a tu madre”, es lo que escribe el evangelista Juan; por eso, desde que por primera vez el discípulo a quien Jesús amaba acogió a María en su casa, fue María quien nos acogió también a nosotros.
En este sentido, para quienes somos creyentes, la fiesta de nuestra patrona
Esto lo demostró a través de toda su vida al acompañar a Jesús con lealtad y amor en muchos de los momentos de su estadía en la Tierra, desde su disponibilidad en
María es nuestra Madre,
De ahí que cada vez que es celebrada esa figura tan amada, por una gran cantidad de costarricenses, como es
No obstante, se debe tener claro que la fe y el amor hacia
Porque ¿cuántas veces la ternura y la mano de una madre no han podido más que la tristeza, la desesperación, el desconsuelo o desencanto de alguno de sus hijos?, ¿cuántas veces la fuerza de una madre es la que nos motiva a continuar el camino?, ¿en cuántas oportunidades hemos recurrido a la figura materna de María como intercesora ante Dios?
De ahí que si la Virgen María, nuestra venerada Negrita, constituye, a la vez, nuestra intercesora Madre, es sumamente justo y propio de nuestra condición de hijos agradecidos que, diariamente, le correspondamos con un entrañable amor, tal y como su condición de Reina del Cielo y Patrona de Costa Rica lo merece.
Por eso, sin duda, este dos de agosto es una excelente ocasión para volver a hacer germinar, con mayor ímpetu, en el corazón de miles de costarricenses, ese hermoso rezo de la Salve que versa “Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia...”, y unidos, en un solo sentimiento, exclamar: ¡bendita seas María!, ¡bendita Madre del Cielo!, ¡bienaventurada Reina de los Ángeles!..., te rogamos que tu sagrada luz prodigue de prosperidad esta bendita tierra costarricense. ¡Así sea!