Carlos Díaz Chavarría
En mil novecientos cincuenta y nueve, la Organización de Naciones Unidas, reconoció la importancia de la niñez al crear la Declaración de los Derechos del Niño, donde se estipulan las garantías necesarias que procuran tanto el bienestar de los pequeños como la protección en relación con los abusos y vejaciones que se someten en su contra.
Aunque los negros fueron traídos primeramente a Costa Rica durante el tráfico esclavo colonial para cumplir labores domésticas, o como trabajadores en la construcción de la línea de ferrocarril que comunicaría a San José con el naciente Puerto Limón, una vez adquirida su emancipación, la inmigración de los negros empezó a ser permanente, y lo suficientemente valiosa, como para que ellos dejaran las huellas de su sangre, su trabajo y costumbres en la identidad costarricense.
Ciertamente nadie nace ciudadano, la ciudadanía es un proceso. Sin embargo, ese proceso es muchas veces ignorado por la misma población, lo cual acarrea un problema para el bien social pues si los ciudadanos no conocen, o no se interesan por conocer, aquellos canales participativos democráticos ya existentes, o crear nuevos espacios, cómo se va a pretender alcanzar una democracia de calidad.