Camilo Rodríguez Chaverri
Es una gran fiesta para Costa Rica, un gran reconocimiento de Dios y del cielo, que el milagro por el cual Juan Pablo II va camino a los altares, sea el milagro realizado a una costarricense. Juan Pablo II tuvo un carisma extraordinario.
Dios es bueno, grande, noble, paciente, dulce, bondadoso. Lo veo en las montañas azules que vuelven a amanecer, que nacen de nuevo con el sol. Lo veo en la luna que es un sello blanco de Dios en el cielo. Dios amanece entre mis dedos. Dios corre en el agua cuando me lavo las manos.
Al año, se desperdicia un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano, según la FAO. Son 1 300 millones de toneladas en sólo 12 meses.
Me encanta el futbol. Es el deporte que aman las mayorías en nuestro país y en el mundo. Más que un deporte, puede ser una metáfora de la vida. El escritor Eduardo Galeano le dice “las huellas dactilares de un pueblo”. Costa Rica bebe y come futbol. ¿Para qué negarlo?
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no descansa en su empeño por arrebatar territorio costarricense. Eso queda claro en sus afirmaciones. En seis momentos distintos, ha arremetido contra Costa Rica, con tres objetivos: quitarnos la isla de Calero, arrebatarnos millas náuticas y ahora dizque devolver Guanacaste a Nicaragua, a pesar de que Guanacaste nunca perteneció a Nicaragua.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no descansa en su empeño por arrebatar territorio costarricense. Eso queda claro en sus afirmaciones. En seis momentos distintos, ha arremetido contra Costa Rica, con tres objetivos: quitarnos la isla de Calero, arrebatarnos millas náuticas y ahora dizque devolver Guanacaste a Nicaragua, a pesar de que Guanacaste nunca perteneció a Nicaragua.
El ícono más grande para la sociedad costarricense es Franklin Chang, el ser humano con más viajes al espacio. Leí un ensayo de él, y extraigo las siguientes ideas, con las que Franklin Chang considera que Costa Rica se levantaría.
Número uno. Tenemos que levantarnos en forma colectiva, no esperar que el Gobierno lo haga. Para ello, hay que transformar el carácter del costarricense a partir de un cambio de la conciencia individual y social.