Nicaragua es un país hermoso, con grandes riquezas en sus tierras y sus bosques, con un pueblo encantador y colorido, con templos bellísimos, con volcanes impetuosos y playas exquisitas. Pero desde siempre ha tenido serios problemas políticos internos, y problemas con sus vecinos por el afán político de ampararse en el nacionalismo para ocultar las serias carencias de su sociedad, golpeada por el trabajo infantil, la pobreza, la miseria y la exclusión. Algo sé del tema pues recorrí todo el territorio nicaragüense tomando fotos de templos, y fueron tantos los niños pobres que fotografié que decidí publicar un libro sólo con fotos de la pobreza que viven los infantes, y la triste realidad de las mujeres solas. En América, sólo Haití y Honduras son más pobres que Nicaragua, y es por eso que tantos miles de nicaragüenses deciden cruzar la frontera, vienen a cortar caña, a coger café, a cuidar casas, a cocinar, a lavar carros y a miles de tareas más… Sus hijos pasan a ser ticos, como nosotros, pues en realidad casi todos tenemos algún pariente en común o algún ascendiente que forma parte de las dos naciones.
Pero el presidente Ortega y nicas tan irrespetuosos como él, entre quienes tiene un lugar Edén Pastora, no se cansan de insultar al pueblo nuestro con mentiras y cuentos. Los mismos académicos, historiadores y estudiosos nicaragüenses saben que es así. El nicaragüense Orlando López Selva, experto en Relaciones Internacionales, lo ha dejado muy claro. “Dentro de los cánones de la sensatez, la buena vecindad y los preceptos del Derecho Internacional, no existen posibilidades de que se pueda recuperar el territorio de Guanacaste”. Además, “no hay nada que hacer”, porque la realidad es obra de un tratado internacional que existe desde 1858 y que nunca ha sido denunciado por Nicaragua, agrega Ricardo de León, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Humanidades de la universidad American College, según se puede leer en un reportaje del periódico nicaragüense La Prensa. Como dijo Carlos Murillo Zamora, no hay por qué remover algo que está resuelto desde hace 150 años. Por lo pronto, propongo que se realice un mega proyecto hidroeléctrico con los ríos costarricenses, es decir, ríos que atraviesan nuestro territorio, y que van a dar al río San Juan. Un proyecto hidroeléctrico con todo el derecho que nos abriga. Un proyecto hidroeléctrico que lleve desarrollo a esa zona, un proyecto que deje sin tantas ansias de poder a Nicaragua, un proyecto absolutamente de este país bendito que es Costa Rica, país al que tanto, tantísimo, le deben los políticos nicas que tienen a Nicaragua tan pobre que está obligado a expulsar a su gente para que no se muera de hambre.