Miércoles, 26 Marzo 2014 07:43

Al mal tiempo, buena cara; vayamos a votar el próximo 6 de abril

Esta campaña electoral ha sido, quizás, una de las más atípicas, que ha tenido la democracia costarricense desde 1954. A pesar de todo, el elector ha tenido el espacio para manifestarse libremente y hacer efectivo su derecho a votar. Sin embargo, desde el puro inicio, el ánimo de una parte de los electores estaba muy frío y se mantuvo así prácticamente durante todo el tiempo que duró la campaña, hasta el pasado primer domingo de febrero.

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Resulta que ese desánimo para participar en el proceso electoral no es nuevo y tampoco gratuito. Pues desde hace años y de manera creciente, las necesidades y expectativas de la ciudadanía han desbordado la capacidad de respuesta de las diferentes entidades públicas. Esto ha hecho que la gente se sienta no solo decepcionada, sino hasta desconfiada de seguir creyendo en las promesas que hace la clase política, cada cuatro años pero cuando llegan a los puestos de elección, los ofrecimientos parece que se disipan como por arte de magia.
Es la segunda vez, en tiempos de la Segunda República, que el Tribunal Supremo de Elecciones tiene que convocar a una segunda vuelta electoral. Este hecho no debería pasar por desapercibido para el pueblo y mucho menos para la clase política, responsable en mucho de la falta de interés de la gente en participar activamente en los procesos eleccionarios.
La decisión del candidato oficialista, hecho pública a principios de marzo, de no participar activamente en la campaña política, y según sus últimas declaraciones, si él eventualmente resultara electo por los costarricenses, según informó la prensa asumiría el cargo presidencial, ya que de acuerdo a la Constitución Política, él sigue siendo candidato presidencial pues no puede renunciar a su nominación.
Nuevamente, con todo eso, el electorado se siente de alguna forma sorprendido y hasta vacilado, como dice el mismo pueblo, con todo este tipo de acciones. Sin duda esto vino a aumentar el desánimo en la gente para no participar en la segunda vuelta.
¿Ante este escenario que debemos hacer los electores? Lo primero es tomar conciencia de que la construcción de una democracia eficaz y vigorosa es responsabilidad de toda la ciudadanía y no solo de una parte de ella: Los políticos. Por lo tanto, debemos dejar esa pereza de participar en los procesos eleccionarios de forma integral y no limitarnos solo a hacerlo ejerciendo el derecho al voto cada cuatro años.
Y segundo, este 6 de abril debemos acudir masivamente a las urnas para así apoyar a nuestra democracia, más que a un determinado partido político o candidato presidencial.