En tiempos de crisis, sin embargo, es cada vez más común escuchar a las personas decir que el dinero no alcanza para hacerle frente a los gastos y por lo tanto, no hay posibilidad de ahorrar. Sin embargo, expertos en la administración financiera aseguran que salvo casos de pobreza y pobreza extrema, es posible economizar y atesorar.
Es por ello que el manejo de las finanzas personales ha tomado especial relevancia para poder realizar solo los gastos necesarios con miras a la construcción de un patrimonio, ya sea personal o familiar. En caso de no contar con esta reserva cualquier desequilibrio podría traer consecuencias muy negativas en el ámbito familiar y personal. Un gasto imprevisto o excesivo podría llegar a desfinanciar a cualquiera, razón por la cual es necesario contar con un fondo de dinero que permita hacer frente a esos gastos inesperados.
Satisfactoriamente, en junio pasado, el periódico La Nación publicó que a pesar de la baja en las tasas de interés, el saldo de dinero ahorrado seguía creciendo. En agosto, además reporta que Costa Rica es el único país de América Latina en el que el porcentaje de ahorrantes en el sistema formal supera al promedio de naciones en desarrollo. Podemos decir que el ahorro ha encontrado un asidero en el país pero falta camino por recorrer pues todavía un sector de la población no lo practica ni lo enseña a las nuevas generaciones.
Con el fin de apoyar a las personas ahorrantes, el sistema bancario nacional pone a disposición de la clientela diversos instrumentos de ahorro con tasas de interés que varían según el plazo y el tipo de producto. Desde cuentas a la vista hasta fondos de inversión o compra de bonos en el mercado bursátil son opciones que muchas personas utilizan con el fin de tener, mantener y multiplicar su dinero.
Sin embargo, las instituciones financieras y en especial en el Banco Popular hemos dado un paso más allá, por medio de la implementación de múltiples esfuerzos orientados a educar financieramente a la población y que cada vez el ahorro gane mayor simpatía. Dentro de estos programas, hemos ayudado a familias para que aprendan a elaborar su presupuesto, a que la niñez inicie el hábito de guardar dinero, a que la juventud conozca el adecuado manejo de sus finanzas para que se forje un mejor futuro y también a que las personas adultas mayores manejen productivamente sus recursos.
Estos esfuerzos se intensifican en el mes de octubre por la celebración del Día del Ahorro pero no deben quedar destinados solo a estos treinta y un días. Próximamente viviremos una de las épocas que implica más gastos, muchos de ellos, tal vez, innecesarios. Por ello, es preciso que la conciencia sobre la importancia de tomar previsiones para el futuro sea una constante.
Comentario de Geovanni Garro Mora, Gerente general Banco Popular
Desde el año 1924, en el mes de octubre se celebra el Día del ahorro, con el fin de hacer conciencia en las personas sobre la necesidad de destinar parte de los ingresos para el establecimiento de una reserva de dinero.
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