Domingo, 23 Marzo 2008 18:00

Un legado lleno de rostro humano

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El mayor capital que tiene Costa Rica es el humano. La capacidad del trabajador costarricense nos ha posicionado como un destino privilegiado entre inversionistas de todos los rincones del planeta. Pero la inventiva nacional no se ha limitado a la atracción de inversión, sino a la creación de nuevas empresas y productos.

El Solidarismo es una de esas creaciones que nació de un costarricense quien observó la capacidad nacional y caviló un sistema que permitiera unificar a los trabajadores como una fuerza laboral con valores como el ahorro, la armonía obrero patronal y la solidaridad guiando el camino. Hoy, la visión futurista de este hombre, Alberto Martén Chavarría, es uno de los grandes legados que Costa Rica puede ofrecer al mundo. Un legado lleno de rostro humano, porque es inspirado por valores que resaltan la nobleza del hombre.
 
Los 60 años de existencia del movimiento solidarista en Costa Rica han visto la consumación de enormes logros, entre los cuales el más importante es la evolución de una fuerza laboral que trabaja en armonía y persigue la prosperidad de las personas que la conforman. Asociaciones florecientes, consolidadas y manejadas, además de una población de más de 400 mil trabajadores, son la muestra de los triunfos del sector.

Pero aunque los triunfos sean numerosos, y la doctrina solidarista haya demostrado una capacidad extraordinaria para ajustarse al cambio, el Solidarismo, como cualquier fórmula exitosa, enfrenta nuevos retos que lo obligan a plantearse nuevos objetivos.

Las fuertes reducciones de las tasas de interés, por ejemplo, crean nuevos desafíos para las asociaciones solidaristas quienes deben especializar su cartera de inversión para ofrecer estabilidad y seguridad al patrimonio de sus asociados.

La cohesión de sector como una fuerza social es otro de los grandes retos. El Solidarismo representa a cerca del 20% de la fuerza laboral nacional que debe a asumir su rol como un factor de cambio social. Esta unidad del sector en búsqueda de metas comunes es una tarea importante en nuestros objetivos.

Es fundamental para el Solidarismo un análisis constante del camino recorrido, esa capacidad de autocrítica es clave en la definición del trazo a seguir en el futuro. Un ejemplo de esta práctica es la elaboración y publicación del libro “Legado de Alberto Martén: 60 años del Solidarismo” donde se recoge la opinión de empresarios, dirigentes, políticos y trabajadores, quienes reflexionan sobre el rol del Solidarismo a través del tiempo, y constituye una excelente herramienta de estudio pues resume la doctrina solidarista en lecciones sencillas, desde la óptica de su ideólogo.

El libro pone al descubierto que reconocer, ante todo, el valor del recurso humano que nos da vida, así como el impulso de la empresa solidarista, deben ser nuestra finalidad y una labor diaria.

Celebramos con orgullo los 60 años del solidarismo y compartimos esa celebración con cada uno de los solidaristas en el país, agradeciendo infinitamente que entreguen al movimiento su risa, sus manos laboriosas, su esfuerzo incondicional, su carisma, su empeño. El Solidarismo se siente honrado de ser una fuerza verdaderamente representativa del gran tesoro de Costa Rica: su gente.