Hace unos días, escuché a don Otón Solís, dueño del PAC, para llamarlo de algún modo pues entiendo que no tiene cargo formal dentro de ese partido político, aunque si mucha influencia, decir que la diputada Morales usaba doble sombrero pues filtraba hacia afuera información de su fracción, según le informaron de sus incondicionales.
Realmente, cuando se analizan, desapasionadamente, los hechos que generaron esa afirmación tan destructiva, respecto a la integridad de una persona, hay que reconocer que el origen de semejante manifestación, no es otro que la negativa de la diputada Morales a desatender el mandato mayoritario del pueblo respecto a su decisión de suscribir el Tratado Libre Comercio con Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos. Es claro que para la diputada Morales la Asamblea Legislativa debe votar, sin mayor tardanza, las leyes que permitan la puesta en vigencia el TLC pues el pueblo así lo votó, aun cuando ella por conciencia vote en contra de esas leyes.
En otra desafortunada e inexacta afirmación el dueño del PAC afirmó, que la curul que ocupa la diputada Morales, es de su partido; cuanta soberbia conlleva este decir pues si bien es cierto que esa curul no le pertenece a esta diputada, tampoco le pertenece al PAC pues su único dueño es el pueblo costarricense, ese mismo que dijo SÍ al TLC.
A ese mismo pueblo que ahora la fracción del PAC junto con don Otón, han pretendido desobedecer. Porque si no lo saben todas esas señoras y señores, integrantes de esa agrupación política, el resultado del pasado referéndum, implica un mandato expreso del pueblo de Costa Rica, a la Asamblea de Legislativa y al Ejecutivo, para que en lo que le corresponda a cada poder, hagan lo necesario para poner en vigencia al TLC.
La parte del pueblo que confió en el PAC en las pasadas elecciones y en el decir de su dueño de que su lucha era por defender la honestidad y la transparencia en la gestión pública, pienso que nunca se imaginó que las y los integrantes de este partido político cuando juraron defender y respetar nuestra Constitución Política y nuestras leyes, posiblemente, se dijeron para sí mismos algo como siempre y cuando no se contrapongan a lo que el PAC piense sobre lo que se debe hacer en Costa Rica, aunque la mayoría del pueblo opine lo contrario, por supuesto que con la digna excepción de la diputada Morales.
No hay duda que con el actuar de la fracción del PAC en la Asamblea Legislativa al entorpecer que se aprueben las leyes de implementación necesarias para que el TLC entre en vigencia, se busca frenar a toda costa la efectividad del mandato popular. La consigna pareciera ser que se perdió en las urnas pero no en la Asamblea Legislativa pues ahí se evitará que el tratado sea una realidad.
La democracia es, sin duda, el mejor sistema para lograr una convivencia social justa, solidaria y pacífica pero también es el sistema más frágil porque baste que una parte minoritaria de la sociedad no respete sus reglas y la más importante respetar las decisiones de la mayoría, tal como lo ha hecho el PAC, para que esta forma de convivencia social, comience agrietarse hasta llegar a su total rompimiento.
Es más que claro, por lo menos para la mayoría del pueblo, que no es la diputada Morales la que está usando doble sombrero, sino quienes lo usan son aquellos que habiendo jurado respetar la Constitución Política y las leyes, simplemente, anteponen a este juramento una lealtad a la línea de su partido político, hasta el punto de irrespetar solapadamente el mandato popular respecto al TLC.