Cual si fuesen aviones de la armada japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, los aviones o mejor dicho y para ambientarnos en nuestra querida Costa Rica, los diputados y diputadas del Partido Acción Ciudadana se han dedicado antes, durante y después del proceso de negociación y ratificación del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos a bombardear con mociones, insultos y altanerías la institucionalidad no solamente de la Asamblea Legislativa sino de todo el pueblo de Costa Rica.
Esta actitud no es de nada en el PAC, puesto que durante su primer periodo de participación en la vida legislativa del país se alzaron como un movimiento contestario pero sin argumentos claros, muestra de ello es que ni siquiera pudieron mantenerse unidos durante los cuatro años anteriores y además de ello solamente se dedicaron a obstruir el avance legislativo comandados por el único, supongo, que tiene clara la misión política de este partido que nació del resentimiento de los partidos tradicionales de nuestro país, como es el caso de Don Ottón Solís, que para sorpresa de muchos de nosotros se fue muy calladito a trabajar a una universidad de Estados Unidos, aquel país del norte que tanto acribilló con sus predicciones desalentadoras a nivel económico.
Dicha actitud del PAC, ha provocado un clima bastante tenso dentro del ambiente político no solamente del partido de gobierno sino entre los demás partidos políticos que están a favor del TLC, puesto que se están topando con artimañas legales que atrasan la pronta aprobación de la Agenda Complementaria a este tratado de libre comercio, con lo que están burlando de todo el pueblo de Costa Rica que fuimos a votar con orgullo y responsablemente aquel 7 de octubre, del Tribunal Supremo de Elecciones que a petición de los grupos en contra del TLC dicho sea de paso, hizo todo un esfuerzo organizativo para convocar a un Referéndum, de los observadores internacionales que vinieron a verificar la legitimidad del proceso y más aún del mundo entero que vio con buenos ojos esta decisión histórica de convertir a todo un pueblo en diputados y diputadas con poder de decisión en un convenio comercial que comúnmente se aprueba o desaprueba en el congreso de un país.
Dichas acciones del PAC, me recuerdan también un adagio popular que decía que a veces se junta el hambre con las ganas de comer, que describe parte de lo que ha hecho siempre controversiales estudiantes universitarios que alborotados por políticos de izquierda y de cuantía menor en el país, de don Eugenio Trejos, Rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica que casi es agredido por sus mismos camaradas y de unos cuantos políticos de viejas y fallidas luchas electorales, el PAC se ha revestido de cierto poder para quitar de sus calendarios políticos aquél 7 de Octubre y seguir como una batalla campal su pelea en contra del TLC en el congreso, haciendo uso del pensamiento de que el fin justifica los medios, como es el caso de todo el papel del mes de enero que gastó irresponsablemente esta fracción en la cantidad de fotocopias de mociones, muchas de ellas repetidas que presentaron dias atrás en el escritorio del directorio de nuestra Asamblea Legislativa, papel que sale nuestros bolsillos y que dicho sea de paso es para uso de todas las demás fracciones del congreso.
Es por lo que quiero hacer constar mediante este comentario mi férrea oposición al igual que todos los costarricenses que votamos a favor del TLC, a esta actitud del Partido Acción Ciudadana que mediante este bombardeo de mociones trata de frenar el avance de la Agenda Complementaria a este tratado, haciéndose de oídos sordos a sus mismos compañeros y compañeras diputados, a las manifestaciones de muchos políticos de peso y personalidades de nuestro país y peor aún de todo un pueblo que eligió contundentemente el destino favorable a este enlace económico con los demás países de la región y que se está viendo violentado por estos diputados y diputadas, su derecho a elegir el destino de nuestro país; bajo el vago argumento del PAC de que las once leyes complementarias no forman parte de este tratado, o que sólo están oponiéndose a algunas cosas que van más allá según ellos de este tratado comercial, que ya fue ratificado por los demás países participantes y que Costa Rica aún espera para que entre en vigencia, por el obstruccionismo irresponsable de tres fracciones políticas que se olvidaron que están en sus curules no por sus intereses políticos sino al servicio del pueblo como representantes que son de el mismo, y obligados a respetar el mandato solemne de todo un pueblo que tiene la dicha de disfrutar de una de las democracias más antiguas de América Latina.