Allá cuando esta institución, visionariamente, se creó, las necesidades de mano de obra calificada, ciertamente, eran bastante distintas a las que hoy día demanda el país, en aquel tiempo es muy probable que el enfoque que se le dio al INA, estaba más acentuado en capacitar personas en tareas que se suponían útiles, que en preparar gente producto de estudio contínuo para ubicar la escases de un recurso humano preparado por parte del sector productivo del país.
Hace algún tiempo, uno de los periódicos de circulación nacional, nos informaba que el Instituto Nacional de Aprendizaje, no podía preparar a las y los distintas técnicas y técnicos que el mercado nacional necesitaba. Este hecho pone en evidencia que esa institución pública, como le sucede a la inmensa mayoría de las entidades estatales, carecía de una visión estratégica que acertadamente se adelantara a los signos de los tiempos.
No es mi intención entrar a culpabilizar a nadie, mucho menos a la actual administración pero si insistir en que es evidente que las diferentes administraciones del INA, fueron insuficientes para identificar y planificar un portafolio de disciplinas que vinieran a satisfacer las necesidades en recursos humanos idóneos para muchas empresas existentes y para otras que, eventualmente, podrían instalar sus operaciones en Costa Rica.
También procede recordar que, desde hace tiempo, el INA tiene millonarios excedentes de capital, ya que no usa todos los recursos financieros que le ingresan como aporte del sector patronal y parte importante de ellos son invertidos en bonos del Estado y no en la capacitación de mano de obra.
Este caso del INA es un excelente ejemplo de que la mentalidad de las altas autoridades de los entes estatales, debe cambiar y adecuarse a las nuevas circunstancias, caso contrario, dejarán de ser medios en la consecución de los objetivos que les dieron su razón de ser, para convertirse en fines en sí mismos, que solo sirven a un grupo muy reducido y a quienes devengan un salario de la institución.
El sector productivo ofreció orientar a esta institución formadora de personas urgidas de capacitarse para así poder conseguir trabajos dignos y bien remunerados, sin duda, este ofrecimiento obedece a la necesidad de satisfacer sus propias carencias de mano de obra calificada pero también para que los recursos aportados por el sector patronal sean utilizados para generar riqueza en beneficio de la toda la sociedad.
Confiamos en que las actuales autoridades del INA comprendan el momento histórico en que se encuentran, para transformar a esta institución y convertirla en un emporio de técnicas y técnicos, quienes al concluir sus estudios, en sus manos, no solo tendrán un título que los señale como gente capacitada para desempeñarse satisfactoriamente en una determinada tarea, sino que además, tendrán la oportunidad real de conseguir un empleo que les genere los recursos necesarios para tener una vida digna para sí mismos y para sus familias.