El perdón sana a todas las personas, en especial a los que deciden perdonar, y como tal conlleva a la reconciliación familiar. El perdón, en sí mismo, lleva inmerso una sincera disposición de olvidar, la mejor forma de sanar heridas.
En el núcleo familiar, no hay duda que el ejemplo es fundamental, es de esta forma que se construyen los valores esenciales del ser humano. Sin embargo esos ejemplos, a veces no son todo lo mejor que uno deseara, esto por nuestra naturaleza humana de cometer errores, una y otra vez. Pero cuando la familia es una familia unida, sana, con sus valores bien enraizados, el perdón puede llegar de una forma más sencilla, no menos dolorosa, porque el dolor provocado por un error, pasa por toda una escala de sentimientos que afecta a todos los miembros de la familia de diferente forma.
Sin embargo el amor por los seres queridos, dentro de ese núcleo familiar, hace del perdón una virtud.
El amor de familia es sacrificio para todos, los hijos, los padres, deben estar dispuestos a realizar su aporte de sacrificio para que la familia como un todo, pueda perdonar a quien cometió la falta o les falló en los valores.
El perdonar es un valor y un desafío, es la forma de demostrarnos a nosotros mismos, que nuestra capacidad de amar es más grande que el dolor. Que el perdonar nos da una mejor calidad de vida y devuelve la confianza a la familia, estimula el proyecto de vida
que tiene cada persona, porque la familia ante todo es un equipo.
Las familias y las personas que aprenden a perdonar y sobre todo a perdonarse a sí mismos, son familias mejor preparadas para enfrentar cualquier prueba, sobre todo aquellas tan duras como la muerte súbita de unos de sus integrantes. La familia es la esencia misma de la sociedad en que vivimos, el perdón y el amor familiar se reflejarán en nuestras calles.
Cuando los hijos aprenden a perdonar los errores de sus padres, de sus hermanos de sus amigos, estarán preparados para ser mejores padres y con toda seguridad preparados para llevar hacia adelante una relación de pareja cargada de felicidad. Igualmente, los padres deben estar preparados para perdonar los errores de sus hijos, no hay muestra más sincera de amor que el perdón, y el premio es acercarse aun más al amor de sus hijos.
El perdón familiar es el mejor remedio a los dolores de sus miembros y crea lazos afectivos que perduran por siempre, aún y cuando los padres u otro miembro de la familia se adelanten en el viaje hacia la eternidad. Es una excelente garantía de que los hijos formarán hogares, donde los valores esenciales serán el amor y el perdón, como respuesta al arrepentimiento por el error cometido.
Cuando las circunstancias de la vida, nos enfrentan ante una ofensa, el perdón es la respuesta del verdadero amor.