Es una burla si es que el coordinador de la lucha contra la pobreza del Gobierno dilapidara casi 800 millones de colones destinados a ayudar a las familias de un precario en Rincón Grande de Pavas a tener una vida más digna.
También es grave que el Gobierno no haya hecho nada, aún cuando eso pone claramente en riesgo la credibilidad del proclamado compromiso de lucha contra la pobreza. Si es auténtico, lo sucedido demanda sentar responsabilidades.
Veamos los hechos. Taiwán donó $1,5 millones para mejorar las condiciones de vida de 600 familias viviendo en precario en Rincón Grande. Así lo anunció en octubre 2006 el Ministerio de Relaciones Exteriores junto con el Ministro de Vivienda y coordinador de la lucha contra la pobreza.
Menos de año y medio después la plata había sido gastada. La mayoría en publicidad, cuando ¿por casualidad? el ministro Zumbado andaba muy engolosinado tratando de construir una precandidatura presidencial, según informaron los medios. En ese entonces hasta fue a dormir una noche a un humilde precario en Pavas, donde tocó el acordeón y se acostó con sus peluches. ¡Quería saber como vivían los pobres!, dijo.
La plata también se gastó en salarios para personal de apoyo al Ministro. Y, en algo que deja pensando hasta al alma más inocente, se destinaron más de 160 millones de colones a un ente que fue fundado por Zumbado y una asesora presidencial, y del que aquel solo salió, no sabemos si con boleto solo de ida, un mes antes de asumir el cargo.
O sea, una piñata por todo lo alto. La plata se gastó a raudales. En todo, menos en los pobres a los que originalmente se destinaba, claro.
Las “explicaciones” del Ministro ofenden la inteligencia. Dice que gastaron la plata en publicidad, salariazos, consultorías millonarias y demás, pues de por sí era muy poca para resolver los problemas de las familias. Que casi 800 millones no alcanzaban para nada.
Y uno pensando que 800 millones es un montón de plata. Si se sacan cuentas, a diez millones por casa, lo cual daría para una mejor que las hechas con el bono de vivienda, eso hubiera alcanzado para más de 70 casas. Y eso es solo un ejemplo de lo mucho que se podría hacer con semejante suma.
Pero, eso sí, el ministro Zumbado dijo muy orondo que los problemas de vivienda en Pavas aún le quitan el sueño. Lástima que tanto desvelo no le impidió quitar esos recursos a los pobres. Ni hizo que su visita peliculera fuera más que una burla.
La verdad es que este acordeón desentona, y mucho, con la melodía oficial de lucha contra la pobreza.