Martes, 05 Enero 2010 18:00

Comenzamos un año nuevo

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Generalmente, la mayoría de la gente, para estas épocas, hacemos una serie de buenos y sinceros propósitos para dejar atrás algunos rasgos personales y conductas que entendemos como negativos y aquellos otros que las demás personas, a través de su trato con nosotros,  así nos los han dejado saber.

Y aunque siempre es oportuno hacer un autoexamen sobre nosotros mismos y nuestras actuaciones, no menos importante, es que ese análisis no se limite solo a aspectos negativos de nuestras vidas, sino que en él se incluya también lo positivo que hemos realizado y nos ha sucedido, durante en el año pasado.

Tal vez uno de los principales propósitos para este 2010, debería ser dejar de tener respuestas reactivas para pasar a ser proactivos ante lo que vivamos. Esto quiere decir que vamos a interpretar y a responder ante cualquier situación que se nos presente, en forma diferente a como lo hemos venido haciendo hasta ahora. Vamos a asumir toda nueva experiencia, positiva o negativa, como una oportunidad para aprender y para mejorar como individuo.

Lo anterior, lo que quiere decir es que el compromiso de cambio debe ser hacia adentro, con nosotros mismos, para después implementar cambios necesarios en nuestras relaciones interpersonales y en nuestras actividades cotidianas.


Es importante también decir que en ese autoexamen, debemos ser justos y hasta generosos con nosotros mismos y ver no solo aquellos aspectos que necesitan, sin duda, ser mejorados y hasta si se quiere eliminados, para también reconocer nuestros logros y aciertos pues esto como un todo, es lo que nos hace ser lo que cada quien es en particular, un ser humano único e irrepetible, y especialmente muy valioso por el simple hecho de su existencia.

Sin embargo, eso no es menos significativo que, no olvidemos de que somos también seres sociales pues vivimos en sociedad y como tales, tenemos innegables responsabilidades, con otras personas y las que debemos asumir de cara a la sociedad, en la que circunstancialmente, nos ha tocado vivir.

Entendamos que la principal responsabilidad es la solidaridad ante los más necesitados, seguido por el de ser actores de primera línea en construir una sociedad más justa, y libre en lo político; en lo económico más rica, sustentable y sostenible y en lo social, mucho más inclusiva y creadora de oportunidades reales para todas y todos los integrantes del conglomerado social.

Si lo pensamos dos veces, cuidado si no, junto con los lógicos y más que deseables propósitos personales, tales como, pasar más tiempo de calidad con nuestros seres amados, dejar de fumar, reducir los excesos en el consumo de comidas, hacer ejercicio, etc.; sería muy importante que algunos de esos propósitos, también contemplaran las responsabilidades sociales, en especial, con aquellos menos favorecidos económicamente de nuestra sociedad.