Sin mezquindad, hay que reconocerle a la Municipalidad de San José, la gran tarea de rescatar la ciudad de San José, para todos los ciudadanos.

Por ello la fea ciudad capitalina de hace varios años, poco a poco se le ha ido acicalando, con el propósito, además de repoblarla, de que luzca como una verdadera ciudad capital.

San José, capital de Costa Rica desde 1823, en las últimas tres décadas se fue afeando, con un visible deterioro en todos los aspectos: desde una altísima delincuencia hasta una extrema suciedad en todas sus calles con todo tipo “descomposición social”.

De las últimas medidas, tomadas hace varios años, para revertir esa situación, se apunta el acierto de la municipalidad josefina en desalojar a los vendedores que ocupaban la llamada “calle 8” de la ciudad, y que, en realidad, abarcaba muchas más cuadras, lográndose solucionar un problema que se agudizaba cada vez más pues los ciudadanos habíamos perdido el derecho de caminar libremente por esas calles que estaban entre las zonas más delicuenciales del casco josefino.

No obstante, luego de ese logro, como un verdadero CIRCULO VICIOSO, aparecen, de la nada, nuevos vendedores ambulantes y estacionarios, dirigidos por el mismo cabecilla de siempre, exigiendo, a la brava, que les permitan vender en las calles josefinas, como lo pretenden hoy.

Si bien es cierto que el derecho al trabajo de esas personas es legítimo también lo es para los cientos de comerciantes patentados de esas zonas, de su clientela y de los transeúntes al garantizarles el libre tránsito por las aceras.

El tomar las calles como mercado no es la solución ni tampoco, por lo visto, lo ha sido complacerles con la apertura de nuevos mercados, como el del Paso de la Vaca y el del antiguo Registro Civil, donde se han invertido millones de colones.

Parece que nunca, jamás, se logrará satisfacer las demandas de cuanto vendedor se le ocurre tomar las aceras por mercados. Es como, bien lo dijo un asesor municipal, se “importaran” vendedores, pues no se ha terminado de consolidar los mercados abiertos cuando aparecen otros demandantes y eso hay que ponerle coto ya.

Muchos reclaman que los nicaragüenses han copado fuentes de trabajo, como el la construcción y la recolección de café, pero cuando en ambos se necesitan muchísimas manos, esos mismos, quienes hoy dicen que “no lo dejan trabajar y llevar el sustento a sus casas”, miran a otro lado; hacia las calles pues no quieren sudarse la chaqueta en estos oficios.

Por eso cuando de pretextos se trata la imaginación sobra y, claro, les es más fácil tomar la capital para vender cualquier cosa que ir en busca de donde se les espera y con lo que podrían obtener un salario digno y con ello mantener sus familias.

Hace muy bien el Alcalde de San José en hacer valer su autoridad y poner orden como debe ser pues, por lo visto, como pasa en otros grupos de presión, nunca se le satisfará en sus demandas.

El rescate de la ciudad de San José, por una mejor calidad de vida de sus habitantes y visitantes es, sin duda, la consigna que ha tenido la Municipalidad de San José desde hace años, con excelentes resultados y por ello se espera que se logre hacer de San José una de las mejores capitales del mundo.