Los años de sequía han sido largos y muchos. Rezago en investigación, en transferencia de tecnología, abandono y debilitamiento de las instituciones públicas del sector agropecuario, mínima inversión, ausencia de programas de comercialización y altos costos de producción.
El tiempo también ha sido mucho para propuestas sin fruto. Las soluciones se quedaron cortas; hasta las más floridas no pasaron de remiendos, pequeños parches, producto de ocurrencias e improvisación de cada una de las administraciones para salir del paso.
Producto de la aridez en materia de políticas agrarias, la cosecha ha sido mala. En la actualidad, con un sector agropecuario rezagado, abandonado, y con varias de sus actividades en crisis, debemos hacer frente a la necesidad de competir en una economía globalizada, de apertura comercial con énfasis en tratados de libre comercio.
Es en este escenario donde el pasado 8 de mayo doña Laura Chinchilla Miranda asumió la presidencia de la República, y propuso, por primera vez en un plan de gobierno, una estrategia que trasciende el ámbito de su propio período administrativo, aspecto básico y fundamental, ya que por su naturaleza, todas las actividades del sector agropecuario requieren muchos años para dar frutos.
Señales de tiempos mejores para la agricultura y para los agricultores nos da la señora Presidenta, con propuestas para fortalecer al Ministro de Agricultura y Ganadería, como Ministro Rector del Sector Agropecuario y para desarrollar, fomentar y actualizar los procesos de investigación, extensión y comercialización agrícola. Abre doña Laura el camino apropiado para diseñar las políticas y estrategias correctas que permitan reactivar el sector, para beneficio de la población rural y para el mejoramiento socioeconómico de micro, pequeños y medianos productores agropecuarios del país.
Dar ese giro de 180 grados que requiere el sector para generar cambios significativos en el desarrollo del agro nacional, solo será posible con el apoyo, el diálogo y consenso de sectores y gobierno.
Porque creemos que el pequeño y el mediano productor agrícola son y seguirán siendo un eje importante de nuestra economía y ocupando un espacio mayoritario en el mapa social de nuestro país, y porque también creemos que la propuesta de doña Laura Chinchilla es una señal positiva, de buen tiempo para sembrar, invitamos a los sectores vinculados con la agricultura, a trabajar conjuntamente con el nuevo gobierno para asegurar una buena cosecha. Feliz día a los agricultores.