Al igual que hace 50 años muchos sectores de la sociedad alertaron sobre la deforestación de los bosques y la pérdida de sus recursos, hoy, se debe alertar a la humanidad sobre el peligro que se cierne sobre nuestros océanos.
Pese a la riqueza y potencial de los recursos oceánicos, su subsistencia se encuentra amenazada por el calentamiento global, la contaminación de los mares, la sobrepesca, la alteración y destrucción de los hábitats naturales, el aleteo de tiburones y la pesca ilegal. Además, son amenazados por las prácticas turísticas insostenibles, el desarrollo urbano no planificado, la ausencia de políticas públicas para un manejo costero integrado y el irrespeto de las directrices, nacionales e internacionales, que promueven el adecuado manejo de los mares.
Se están extinguiendo docenas de especies de mamíferos, tortugas marinas, tiburones; y cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos.
La pesca irresponsable amenaza muchas especies de importancia comercial, especialmente los tiburones martillo, dorados, picudos y mantas, mientras que la pesca incidental amenaza varias especies de tortugas y delfines.
El presente y el futuro del mar dependen de todos nosotros y de lo que hagamos hoy por ordenar y regular las actividades humanas en el mar.
Según datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, menos de 1% de la superficie de los océanos está bajo protección, mientras que las áreas protegidas en superficies de tierra alcanzan 12%.
En Costa Rica, y de acuerdo con datos de la Fundación MarViva, menos de 1% de los 589.683 kilómetros cuadrados de mar costarricense están protegidos.
Es importante que la comunidad nacional adquiera conocimientos sobre la conservación oceánica, y tome conciencia sobre la importancia de crear y usar las Áreas Marinas Protegidas como herramientas de conservación y manejo de sus recursos.
El irrespeto en nuestro país hacia el ecosistema marino, nos hace prever que aún tenemos un largo camino por recorrer.
Nuestro ecosistema oceánico se encuentra en un mar de nadie, con todos los permisos para abusarlo.
Ese maravilloso y sorpresivo mundo que representa el mar, requiere urgentemente de una actitud responsable por parte de todos los habitantes de este país y del mundo entero.
Requiere de una ordenación de sus usos y de una estrecha coordinación entre todas las agencias estatales y los sectores privados cuya actividad económica depende de la salud de nuestros mares.
Conmemoremos hoy el Día de los Océanos, pero conscientes de su importancia y de los riesgos de su supervivencia
Este fue un mensaje del Dr. Jorge Arturo Jiménez Ramón, Director General de la Fundación MarViva.