Todos justificamos nuestras acciones diciendo “Los tiempos han cambiado” eso es cierto, pero lo que no ha cambiado es la importancia de la relaciones humanas, raíces de la formación del carácter de las personas.

Los niños y niñas siguen necesitando de los padres, porque las relaciones afectivas que han tenido con ellos desde su nacimiento,les permiten convertirse en personas de bien. Los niños de hoy también necesitan disciplina, apoyo, ánimo, dirección, para poder crecer, madurar y convertirse en adultos independientes.

Por naturaleza, casi todas las personas pueden ser padres o madres, y para tener hijos fuera o dentro de matrimonio, no se requiere licencia ni examen, por eso, son muchos los que tienen retoños y carecen del conocimiento necesario para disciplinar, para formarles el carácter o comunicarse constructivamente con ellos. Esto no ocurre en forma intencional, pero siempre, las consecuencias las sufrirán los hijos.

Ser un buen padre o buena madre, es la tarea más difícil de todas las que nos presenta la vida, porque se trata de tomar un ser vulnerable y asumir la plena responsabilidad para criarlo con el objetivo de que llegue a convertirse en un ser disciplinado e independiente y productivo para la sociedad.

Los padres y madres de hoy necesitan un cambio en los métodos de crianza de sus hijos, poner la mayor atención en los primeros cinco años, cuando se forma la personalidad. También se hace urgente reforzar el respeto a sí mismo y hacia los demás, mediante una eficiente y afectiva comunicación y una disciplina positiva. Este será el factor determinante del éxito o fracaso en la vida y es en el seno de la familia donde se encuentra, la escuela solamente es coadyuvante, más no el principal eslabón.

197 suicidios en lo que va del año, un crimen atroz contra un inocente de 8 años que conmovió al país, de nuevo desatada la ola de ajusticiamientos entre bandas narco. Todo esto es producto de seres que no tuvieron unos padres que les ayudaran a formar su personalidad.

De esa manera, no tienen herramientas para superar la adversidad, no entienden de límites, o no respetan a los demás y utilizan cualquier camino para conseguir lo que quiera, sin medir las consecuencias.