Amplía Carlos Oreamuno, teólogo y Comunicador Social de la Diócesis de Cartago.
“Es importante indicar que las peregrinaciones son muy antiguas, son teológicas, son pastorales, lo encontramos en la sagrada escritura, donde por ejemplo una de las más citadas en el nuevo testamento es cuando María con José y Jesús suben a Jerusalén. Debemos recordar que el pueblo judío subió una vez al año a visitar el templo en las fiestas judías, que dicho sea de paso se pierde Jesús.”
Don Carlos indicó que las romerías tienen un carácter figurado, son como la vida, que tiene un principio y también un fin. El gran sentido de una peregrinación es que los creyentes son peregrinos en la tierra y su patria es el cielo.
El experto amplío al señalar que el inicio de la peregrinación es un simbolismo de nuestro propio nacimiento. En el trayecto encontramos bajadas, subidas y partes planas. En ellas hay peligros, pecados, tentaciones y problemas. En el caso de la Romería del primero de Agosto, la llegada a Cartago simboliza la parte final de nuestras vidas.
Carlos Oreamuno concluyó esta primera entrevista indicando que es adecuado tener presente que no todas las personas que asisten a una romería lo hacen con la misma devoción, algunos probablemente van solo como acompañantes, pero eso no quiere decir que en el transcurso del viaje Dios no pueda transformar sus vidas.
Mañana continuaremos este interesante tema realizado por el periodista Miguel Quirós y la colaboración de Carlos Oreamuno, Comunicador Social de la Diócesis de Cartago.
Hoy iniciamos una serie dedicada a la Romería hacia Cartago, en honor a la Virgen de los Ángeles.
Desde el punto de vista religioso una romería o peregrinación es un acto de fe que se realiza desde un punto específico a otro, a lo largo de un trayecto que nos lleva a visitar una basílica, santuario, o templo, donde se venere una imagen de Cristo, de la virgen María, o de algún santo.