Carlos nos indicó que el hecho de escribir letras pensando solo en la fonética o abreviar palabras para conseguir introducir el máximo de información en los caracteres que permite la pantalla del celular, constituye, sin duda, un fenómeno lingüístico y social ineludible, en especial en las generaciones más jóvenes y en contextos informales.
Por ello, Carlos enfatiza que se trata de un registro diferente de la lengua escrita, el cual perfectamente, puede coexistir sin conflicto con la norma correcta, como alguna vez sucedió con el lenguaje abreviado de los telegramas.
Ahora bien, el inconveniente es que las personas se acostumbren solo a este tipo de registro, es decir a escribir y a leer en el “lenguaje de los mensajes de texto” lo que fácilmente puede llevar a tener cierta relajación a la hora de escribir, por lo cual se corre el riesgo de que, por costumbre, cuando se pase a un contexto formal como una redacción o un examen, este código tecnológico se traslade sin mayor conciencia por parte de quien está escribiendo.
Por lo cual, de acuerdo con Carlos Diaz, siempre debe ser importante cuidar la forma de comunicarnos, en especial cuando se envían textos formales. El hecho de usar un celular no implica que se deba poner menos atención al escribir, máxime si se tiene en cuenta que los celulares permiten incorporar todos los caracteres con sus respectivas tildes y mayúsculas.
No obstante, para quienes deseen utilizar este lenguaje tecnológico, la recomendación es que se haga tomando conciencia de si el mensaje que están enviando es informal o formal.
Además de procurar enviar mensajes más concisos, tomarse su tiempo para escribirlos y mantenerse en contacto con textos más formales, de lo contrario persiste el riesgo de que desarrollen una escritura anómala. Es cuestión de tener mayor interés y cuidado.
Para próximos programas les traeremos más acerca del uso correcto del español, siempre de la mano de nuestro experto Carlos Díaz Chavarría.