Lunes, 02 Agosto 2010 08:48

Juana y La Negrita, 7ta Parte

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Narrador: Después de constantes apariciones y desapariciones de la imagen que ya todos reconocen como de la Virgen, Juana, el padre Alonso y otros feligreses llevan a la imagen en procesión y guardarla en el sagrario de la Iglesia.
Al día siguiente, la vida de a familia Pereira vuelve a la rutina de trabajo diario.

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Madre: Juana, ya sabe: vaya al bosque y no se me distraiga.
Estos últimos días usted me ha ayudado mucho, así que siga así hija, por favor.

Juana: Sí mamá, no se preocupe. Ya vuelvo.

Narrador: La madre de Juana estaba sorprendida por la actitud de su hija: no reclamó que quería ir a jugar, solamente obedeció y se fue. Doña Julia pensó que ya su hija estaba madurando, por lo que dejó de lado sus pensamientos.

Sin embargo, ella no tenía idea lo lejos que estaba de la realidad.

Juana: (mientras corre) Mejor no pudo ser.
Ahora voy a asegurarme que la muñequita no esté de nuevo en la piedra.
El Padre Alonso cree que no se va a volver a mover… pero yo no estoy tan segura.

Narradora: Pero Juana, que ya había escarmentado, se detuvo primero a recoger la fruta que su mamá le había pedido.
No le convenía volver a casa una vez más con las manos vacías.

Juana: Listo, ya llené la bolsa, con eso es suficiente.
Ahora a buscar a la Virgencita.

Narrador: El camino a la piedra se le hizo más corto que de costumbre. Tal y como lo suponía, ahí estaba, sobre la piedra, la imagen. ¡Como si nunca se hubiera movido a otro lado!

Juana: ¡Ay, Virgencita! ¿Qué vamos a hacer ahora?
Usted no está de acuerdo con nada de lo que hacemos... Bueno, vamos de nuevo para donde el Padre.

Narrador: Juana iba a dirigirse donde el Padre Alonso, sin embargo, prefirió ir primero a dejar lo que le pidió su madre.
Así, además, le enseñaba la imagen.

Juana: ¡Mamá! ¡Mamá! Salga un momento.

Mamá: Juana, ¿Qué le paso, la mordió un animal o algo?

Juana: No, mamá.
¡Vea lo que encontré nuevamente en el bosque! ¡La Virgencita!

Mamá: ¡Madre Santísima! Y ahora, ¿qué vamos a hacer?
Si no sirvió hacerle la procesión para que se quedara, ¿qué más hacemos?

Juana: No se, mamá.
Pensaba llevársela una vez mas al Padre Alonso para que –

Mamá: Sí, sí, Juana, vaya, vaya. ¡Apúrele, hija!

Juana: Acá está lo que me pidió. ¡Ahora vuelvo, mamá! (de lejos)

Narrador: Juana corrió todo el camino a la casa del Padre Alonso, que estaba afuera cuando la vio desde lejos corriendo hacia la casa.

Padre: No puede ser que otra vez se haya encontrado la imagen…
Es imposible…

Padre: Hija, ¿qué paso ahora, por qué tanta prisa?

Juana: (tomando aire) Padre… vea… lo… que encontré.
(Respira hondo) ¡Es la Virgencita otra vez, Padre!

Padre: Es increíble…
A ver Juana, lléveme a la piedra de la que usted me habla. Quiero saber qué es lo que hay en ese lugar.

Juana: Está bien, Padre. ¡Vamos, vamos!

Padre: Antes de eso, quisiera hacer una pequeña pruebita: dejemos la imagen acá en la casa, a ver si cuando llegamos a la piedra, ella nuevamente está allá.

Juana: ¡Qué buena idea! Voy a dejarla acá en la mesa.

Padre: Perfecto.
Ahora sí, vamos a buscar esa piedra.

Narrador: El padre Alonso y Juana se dirigieron al lugar donde habían ocurrido todas las apariciones.
El Padre Alonso estaba maravillado al ver que se trataba de un lugar lleno de mucha vegetación.
A lo lejos podría oír una pequeña quebrada pero no lograba verla.

Juana: Por aquí, Padre, ya estamos llegando.
Por acá está la piedra donde me he estado encontrando la Virgencita.... ¡Allá está la piedra!
¡Padre! ¡Y con la Virgencita!

Padre: ¡Esto es increíble, es sobrehumano, es divino!
Juana, qué niña tan afortunada que eres.
Ser quién encuentre a nuestra Señora la Virgen.
Vamos al pueblo, hija.
La Virgen nos está diciendo que se quiere quedar aquí, y aquí se quedará.
Sólo vamos a hablar con los vecinos, a ver si logramos hacerle un lugar más bonito.

Narrador: Juana se quedó tranquila.
Después de tantas apariciones y desapariciones de la Virgen, ella se imaginó que Ella no quería irse… sólo no quería contradecir al Padre Alonso.
El Padre decidió que en la siguiente misa, conversaría con la gente de la comunidad, para decidir qué hacer con la Virgencita.