Sábado, 26 Noviembre 2011 07:04

El atún de 75 millones de colones 2

Escrito por
Seguimos con la historia de Hellen Solís Arce y su búsqueda del número 33 para el Gordo de Navidad.
N: Valga decir que mi ansiado 33 lo conseguí días después en el Mercado Central de Ciudad Quesada, porque acá en San José fue imposible encontrarlo.
N: El domingo 15 de diciembre del 2002, se celebró el sorteo n°3697 de la lotería nacional, premio mayor ¢300 millones, pago por fracción ¢7.5 millones. Estaba con mi marido en la casa llevando a cabo las interminables tareas domésticas, cuando el avance noticioso nos sorprendió con el resultado del sorteo.
Hombre1: y el premio mayor de la lotería nacional: serie 379, número……………. 33.
N: Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, tartamudee, empecé a sudar frío, me poseyó el susto y la emoción. Corrí hacia la mesita de noche y saqué el 33, no tenía el valor de corroborar si era la serie del mayor, solo sabía que lo tenía en mis manos, el “Gordo”, en mis manos…
N: Me sequé las lágrimas, volteé la mirada hacia los pedacitos, le rogué a Dios que fuera…….. Y no fue…
N: Minutos después los periodistas ansiosos de la primicia, entrevistaron al vendedor de uno de los enteros del mayor y un remolino de ideas se desató en mi mente:
Mujer1: Ese es el chancero de Plaza Mayor, el miércoles del atún tenía 10 fracciones, mis compañeras fueron y no me lo compraron, yo hubiera comprado los 10 pedazos, el viernes llegué y ya no tenía,  si me hubiera ido con ellas, si no me hubiera comido el atún, tendría ¢75 millones, ¡¢75 millooonees!…. Oh Dios, ¿apiádate de mí!
N: El destino juega con nosotros. El atún y el 33 son parte de mi historia. No obtuve riqueza material, pero en enero del 2003 se coló en mi vientre un ángel, que me ha dado el más valioso tesoro de amor incondicional que jamás habría podido soñar. Así que, no fui millonaria, pero soy madre y no me alcanzará la vida para agradecerle a Dios por ese premio.
N: Disfruten este tiempo que recién inicia, en diciembre todo es alegría, fiesta, derroche. Pero no olvidemos que el Niño Jesús, nos da la oportunidad de nacer de nuevo, de limpiar nuestras conciencias, de vivir la alegría del renacer en el amor con nuestros seres queridos.
Gracias por esta simpática historia Hellen Solís Arce y aunque no es un cuento exactamente, está participando por llevarse 250 mil colones cortesía de Jaleas Ujarrás.
Suerte.
Seguimos con la historia de Hellen Solís Arce y su búsqueda del número 33 para el Gordo de Navidad.
N: Valga decir que mi ansiado 33 lo conseguí días después en el Mercado Central de Ciudad Quesada, porque acá en San José fue imposible encontrarlo.
N: El domingo 15 de diciembre del 2002, se celebró el sorteo n°3697 de la lotería nacional, premio mayor ¢300 millones, pago por fracción ¢7.5 millones. Estaba con mi marido en la casa llevando a cabo las interminables tareas domésticas, cuando el avance noticioso nos sorprendió con el resultado del sorteo.
Hombre1: y el premio mayor de la lotería nacional: serie 379, número……………. 33.
N: Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, tartamudee, empecé a sudar frío, me poseyó el susto y la emoción. Corrí hacia la mesita de noche y saqué el 33, no tenía el valor de corroborar si era la serie del mayor, solo sabía que lo tenía en mis manos, el “Gordo”, en mis manos…
N: Me sequé las lágrimas, volteé la mirada hacia los pedacitos, le rogué a Dios que fuera…….. Y no fue…
N: Minutos después los periodistas ansiosos de la primicia, entrevistaron al vendedor de uno de los enteros del mayor y un remolino de ideas se desató en mi mente:
Mujer1: Ese es el chancero de Plaza Mayor, el miércoles del atún tenía 10 fracciones, mis compañeras fueron y no me lo compraron, yo hubiera comprado los 10 pedazos, el viernes llegué y ya no tenía,  si me hubiera ido con ellas, si no me hubiera comido el atún, tendría ¢75 millones, ¡¢75 millooonees!…. Oh Dios, ¿apiádate de mí!
N: El destino juega con nosotros. El atún y el 33 son parte de mi historia. No obtuve riqueza material, pero en enero del 2003 se coló en mi vientre un ángel, que me ha dado el más valioso tesoro de amor incondicional que jamás habría podido soñar. Así que, no fui millonaria, pero soy madre y no me alcanzará la vida para agradecerle a Dios por ese premio.
N: Disfruten este tiempo que recién inicia, en diciembre todo es alegría, fiesta, derroche. Pero no olvidemos que el Niño Jesús, nos da la oportunidad de nacer de nuevo, de limpiar nuestras conciencias, de vivir la alegría del renacer en el amor con nuestros seres queridos.
Gracias por esta simpática historia Hellen Solís Arce y aunque no es un cuento exactamente, está participando por llevarse 250 mil colones cortesía de Jaleas Ujarrás.
Suerte.