El equipo de científicos quiso averiguar en qué medida influía la mera presencia de un smartphone en la satisfacción procurada por una interacción cara a cara. Para evaluarla, el equipo de investigación asignó distintos temas de debate más y menos informales a los grupos de participantes, y observó las veces que estos consultaban sus dispositivos móviles durante la conversación.
Posteriormente, entrevistó a cada uno de ellos sobre lo grata que esta conversación le había resultado y la afinidad lograda con sus interlocutores, concluyendo que las conversaciones eran consideradas peores cuando había presencia de teléfonos móviles, con independencia de la temática de la misma y de la edad, género, etnia y estado de ánimo de los participantes.
Los resultados mostraron además que la percepción negativa de calidad se incrementaba cuando los interlocutores eran amigos cercanos o familiares.
Según los autores, la explicación reside en que la distracción momentánea hace que pasemos por alto los cambios en la expresión facial y en el tono, al tiempo que impide el contacto visual, claves todas ellas de una buena conversación.
Fuente: muy interesante.es
Ahora le contamos que una nueva investigación de la Universidad Virginia Tech, en los Estados Unidos, indica que la sola presencia de teléfonos inteligentes a nuestro alrededor mientras hablamos con alguien merma la calidad de la conversación.