La versión más válida es que la brújula fue inventada en China, aproximadamente en el siglo 9 con el fin de determinar las direcciones en mar abierto, e inicialmente consistía en una aguja imantada flotando en una vasija llena de agua. Más adelante fue mejorada para reducir su tamaño y facilitar el uso, hasta las que conocemos en la actualidad, que se asemejan a un reloj de bolsillo. La brújula china era diferente a la que conocemos en la actualidad ya que esta siempre señalaba hacia sur.
Sin embargo, el descubrimiento de un artefacto olmeca de magnetita que funcionaba de forma similar a una brújula ha generado teorías de que las civilizaciones que lo que hoy conocemos como México podrían haber descubierto y usado una especie de brújula desde antes del año 1000 antes de Cristo.
Y parece que en Europa también inventaron la brújula, ya que no hay indicios de que por ese tiempo se haya podido dar un intercambio de conocimientos, por lo que el hecho de que hubiera brújulas en el Viejo Continente presumiblemente se debe a una invención independiente.
La brújula es un objeto común en la actualidad, pero, con interesantes curiosidades.
Se trata de un instrumento de orientación que utiliza una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre. Es decir, su funcionamiento se basa en el magnetismo de la Tierra. En los polos, las brújulas no sirven, porque se ese magnetismo es muy bajo.
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