La estrategia para atraer y retener ese talento en el sector público se basó en el pago de incentivos. Según don Juan Carlos, en su contexto, la estrategia tenía sentido, porque movería y mantendría aceitada la máquina para generar progreso.
A partir de los ochenta, con la apertura de Costa Rica a los mercados internacionales, el Estado deja de ser el proveedor preminente de servicios y con él crece un dinámico sector privado encargado de la producción tanto para el mercado local como internacional.
La competencia privada en el sector bancario se manifiesta a partir de 1994, con la liberalización de las cuentas corrientes. Por ello, a partir de la directriz presidencial número 25 del 14 de octubre del 97, se autorizó a los bancos del Estado a implementar un sistema de incentivos para aumentar su productividad y enfrentar la competencia.
Juan Carlos Corrales Salas, nos señaló que bajo esa coyuntura el Banco Nacional creó un sistema de incentivos al amparo de su convención colectiva, como una estrategia competitiva para estimular al personal a alcanzar los niveles de competitividad y productividad requeridos en un mercado en el que participan más de 40 actores.
Según nos explicó el Gerente del Banco Nacional pagar incentivos al personal cuando se alcanzan las metas y cumplen los objetivos es una estrategia común en la industria financiera y en otras ramas a nivel nacional e internacional, tanto en el sector público como en el privado. En el caso particular del Banco Nacional, la finalidad de dichos estímulos ha sido mejorar los resultados financieros. Y la estrategia rindió sus frutos.
En futuros programas seguiremos con este tema.
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