Nuestros amigos de la universidad de Wisconsin, no solo se dedican a escribir los archivos del porqué,
En mil novecientos ochenta y ocho, Christopher Ochoa fue acusado en el estado de Texas de violación y homicidio, y siempre alegó ser inocente de ambas acusaciones.
Al conocer el caso, un grupo de estudiantes y profesores de la universidad de wisconsin-Madison decidió asumir por su cuenta la defensa de Ochoa,
Hoy, doce años mas tarde y gracias a exámenes de ADN, o sea de ácido desoxirribonucleico, este hombre está libre, pues pudo demostrar que las pruebas en su contra no tenían base.
Antes de la existencia de los exámenes de ADN, lo más que se podía con las pruebas de sangre era reducir el espectro de posibles culpables a un 30 a un 40 por ciento de la población.
Pero las pruebas con sangre, células de la piel, o semen, permiten diferenciar el ADN, o sea la información genética, hasta aislar perfectamente la persona del resto de la humanidad.
Así, las posibilidades de acusar falsamente a alguien se reducen cada vez mas.
solo en los estados unidos, en la ultima década, diez personas han evitado una sentencia de muerte ya confirmada, gracias a un examen de ADN.
Según los científicos forenses, la prueba del ADN es tan poderosa y científicamente confiable que en algunos casos, han permitido incluso echar por suelo una confesión del acusado.
Pero no a todos los sirve; como a Derek Barnebei, acusado de homicidio y violación de su novia en el estado de Virginia.
El solicitó el examen de ADN; este se practicó y efectivamente, sus células fueron encontradas en las uñas del cadáver de la víctima. Derek fue finalmente ejecutado por ese crimen.
Y aclaran los mismos forenses, el examen del ADN no es una medicina para todo, y en algunos casos simplemente no es aplicable, pues solo sirve para casos en los que se tiene muestras de tejido o fluidos corporales del criminal.
De otra manera no hay comparación posible.
A otras personas les preocupa el mal uso de estas muestras, o la posibilidad de que oficiales de policía manipulen o falsifiquen las muestras enviadas al laboratorio.
Fuente: los archivos del porqué, proyecto de la Universidad de Wisconsin, financiado por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos. www.whyfiles.org