Viernes, 18 Octubre 2002 18:00

Trampa para los ratones

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Un ratón miraba por un agujero en la pared mientras el granjero y su esposa abrían un paquete. Inmediatamente pensó: "¿Qué comida tendrán en ese paquete? Dios mío! Es una trampa para ratones! Aterrorizado, corrió al patio y comenzó a avisarles a todos: ¡Hay una ratonera en la casa! Una ratonera! Señora gallina, Hay una ratonera! "Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, pero eso a mí no me perjudica en nada. ¡!Qué?! Señor cordero: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera! Discúlpeme Sr. Ratón, yo no puedo hacer nada más que orar. Quede tranquilo que lo recordaré en mis oraciones." Pero… ¡Señora Vaca; escuchó lo que dije? Qué, Señor Ratón? ¿Una ratonera? ¿Pero acaso, estoy yo en peligro? ¿No, verdad? Cabizbajo y abatido, el ratón volvió para la casa, para encarar a la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó un gran escándalo en la habitación donde habían instalado la ratonera, y la mujer del granjero corrió para ver qué habían atrapado. En la oscuridad, no vio que la ratonera había atrapado la cola de una serpiente venenosa. La serpiente picó a la mujer. La mujer cayó enferma con una fiebre muy alta. Para las personas con fiebre, nada mejor que una sopa de gallina, así que el granjero fue y mató a la gallina. Como la mujer seguía enferma, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Y para alimentarlos, el granjero tuvo que matar al cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo y mucha gente fue al funeral. El granjero entonces sacrificó la vaca para alimentar a todo el pueblo. La próxima vez que alguien le pida ayuda para solucionar un problema, primero piénselo bien antes de negarse a ayudar, aunque crea que no es problema suyo, Porque: “cuando hay una ratonera en la casa, todos los animales están en peligro.”