Un ratón miraba por un agujero en la pared mientras el granjero y su esposa abrían un paquete.
Inmediatamente pensó:
"¿Qué comida tendrán en ese paquete?
Dios mío! Es una trampa para ratones!
Aterrorizado, corrió al patio y comenzó a avisarles a todos:
¡Hay una ratonera en la casa! Una ratonera!
Señora gallina, Hay una ratonera!
"Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, pero eso a mí no me perjudica en nada.
¡!Qué?!
Señor cordero: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!
Discúlpeme Sr. Ratón, yo no puedo hacer nada más que orar.
Quede tranquilo que lo recordaré en mis oraciones."
Pero
¡Señora Vaca; escuchó lo que dije?
Qué, Señor Ratón? ¿Una ratonera?
¿Pero acaso, estoy yo en peligro?
¿No, verdad?
Cabizbajo y abatido, el ratón volvió para la casa, para encarar a la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un gran escándalo en la habitación donde habían instalado la ratonera, y la mujer del granjero corrió para ver qué habían atrapado.
En la oscuridad, no vio que la ratonera había atrapado la cola de una serpiente venenosa.
La serpiente picó a la mujer.
La mujer cayó enferma con una fiebre muy alta.
Para las personas con fiebre, nada mejor que una sopa de gallina, así que el granjero fue y mató a la gallina.
Como la mujer seguía enferma, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Y para alimentarlos, el granjero tuvo que matar al cordero.
La mujer no mejoró y acabó muriendo y mucha gente fue al funeral.
El granjero entonces sacrificó la vaca para alimentar a todo el pueblo.
La próxima vez que alguien le pida ayuda para solucionar un problema, primero piénselo bien antes de negarse a ayudar, aunque crea que no es problema suyo,
Porque: cuando hay una ratonera en la casa, todos los animales están en peligro.