No llegaremos a tiempo!
Esperen un momento...
Marco, ... tele-pórtenos al estudio de Canara, por favor
Inmediatamente!
La tele-portación de la materia por el espacio era asunto de ciencia ficción, hasta que...
Hasta que un grupo de científicos australianos anunciaron la semana pasada que pudieron tele-portar un rayo de láser de una parte del laboratorio a otro.
Según el doctor David Whitehouse, de la BBC, las computadoras del futuro estarán basadas en rayos de luz que utilizarán las extrañas propiedades de la mecánica quántica
O sea, las que rigen el mundo de las partículas mas pequeñas que el átomo.
Esas computadoras que utilizarán la luz para transportar datos, serán trillones de veces mas rápidas que las actuales, por eso que el tele-portar un chorro de luz es un primer paso hacia las computadoras cuánticas.
Y ¿cuándo seremos tele portados, como en las películas de ciencia ficción?
Desaparecer aquí, y aparecer por allá.
Bueno, eso es un poco mas difícil. El rayo de luz está compuesto de fonotes, los que no tienen masa,
Tal vez en algunos años se pueda tele-portar un átomo entero.
Algunos investigadores creen que se podrá tele-portar un virus, pero no dicen cuando.
En teoría un cuerpo humano puede descomponerse en información y esa información puede ser tele portada a cualquier otro lugar.
Pero para eso habría que conocer cada átomo del cuerpo de esa persona.
Según el profesor Whitehouse, dentro de un siglo, con suerte podrá tele portarse una molécula o una docena de átomos.
Y para transportar a una persona, se necesita mover unos cien mil millones de millones de millones de millones de millones de millones..... de átomos.
O sea que, a la velocidad de los mas modernos equipos actuales, eso tomaría unos.....
Uno y medio millones de millones de millones de años.
Incluyendo sábados y domingos.
Y nadie garantizaría que la persona llegue al otro lado entera, o que le falte la voz, la memoria,
o peor aún, que cambie enteramente de personalidad.
Mmm...pensándolo bien...
Marco?
Adelante!
Mirá, mejor vamos a tomar un taxi. Cambio y fuera!