Jueves, 26 Septiembre 2002 18:00

¿Racismo o clonación?

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El Vaticano denunció esta semana una nueva forma de racismo, según la cual, la vida de algunos seres humanos sería solamente medicina para otros. Se trata de la llamada: clonación terapéutica. el desarrollo de esta técnica podría llevar a la creación de una "sub-categoría de seres humanos" destinados básicamente a la conveniencia de otros. Por este motivo, el arzobispo Renato Martino, observador de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, pidió prohibir globalmente toda clonación humana. y agregó: “es ilícito matar a un inocente, incluso cuando se trata de reportar un beneficio a la sociedad”. El nuncio apostólico aclaró que la Santa Sede considera que la distinción entre la clonación "reproductiva" y la denominada "terapéutica" o "experimental" es inaceptable. la clonación llamada “terapéutica” enmascara la creación de un ser humano, para después destruirlo y utilizar sus tejidos para producir células estaminales, o para llevar a cabo experimentos. La clonación terapéutica “sería una nueva y terrible forma de esclavitud. Por desgracia, no puede negarse que la tentación de la eugenesia todavía está latente, especialmente si la explotan los intereses comerciales”. Por este motivo, aclaró, no son aceptables moralmente los intentos de clonación humana para conseguir órganos destinados a los trasplantes, pues implican la manipulación y destrucción de embriones humanos al servicio de la salud de otras personas. Además de esta posición de La Santa Sede, la Declaración Universal de los Derechos Humanos reitera la santidad de toda vida humana, y el derecho internacional garantiza el derecho a la vida de todos los seres humanos y no solo de algunos. El tema de la creación de seres sub-humanos, con el propósito de extraer órganos para privilegiados, había sido abordado hasta ahora, solamente en la literatura de ciencia ficción y el cine de terror. Sin embargo, la clonación puede convertir la pesadilla del monstruo de Frankenstein en una realidad, Sobre todo si detrás se encuentran consorcios farmacéuticos que ven la posibilidad de obtener inmensas ganancias comerciando con pedazos de seres humanos Fuente: el periodista José Joaquín Chaverri