Jueves, 26 Septiembre 2002 18:00

El buen funcionario público

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Mbutu era un funcionario del antiguo reino del Dahomey, en África Occidental. Su misión era recorrer recaudar los impuestos, y tenía fama de ser sumamente honesto, que anteponía su deber a su propio beneficio. Un buen día fue a un pueblo cercano a recolectar los impuestos, y aprovechó para llevar unas cabras de su rebaño a su sobrino, que vivía cerca. A la salida de la aldea había un puente sobre un río no muy profundo. De repente una cabra le dio un empujón a Mbutu, y su bolsa con el dinero de los impuestos cayó al puente, reventándose y desparramando las monedas. Asustadas, las cabras salieron disparadas en todas direcciones. Pero Mbutu, en lugar de ir tras sus cabras, comenzó a recoger, una por una, todas las monedas de los impuestos. Cuando terminó, se sentó a contarlas, Pero faltaban tres monedas de medio céntimo. Después de mucho revisar, llego a la conclusión de que las monedas estaban en el río. Mbutu corrió a la aldea cercana a pedir ayuda de los campesinos, quienes, como lo respetaban, dejaron sus labores y fueron a ayudarle. Inmediatamente se dedicaron a buscar las cabras del anciano. Pero Mbutu los detuvo y los puso a buscar el dinero que había caído al río. Finalmente, aparecieron las monedas faltantes. Mbutu dio un suspiro de alivio, elevó sus ojos al cielo y sonrió complacido. Después agradeció a los campesinos y les dijo que ya podían regresar a sus trabajos. -Mbutu, solo encontramos tres monedas de medio céntimo ¿Dónde están las demás? -Ya las había encontrado yo. –¿Y las cabras? -Amigos míos, las tres monedas eran lo único importante. ¡Más importantes que las cabras! -¡Mbutu, Usted está loco! ¡Las cabras valen mucho más! -Hermanos, las monedas no eran mías. Me fueron confiadas y era mi deber recuperarlas. ¡Pero ustedes deben regresar a sus labores! Pero los campesinos se negaron, y le ayudaron a encontrar las cabras que faltaban. Mbutu, si todos los funcionarios fuesen como usted, no tendríamos dudas al pagar nuestros impuestos, pues sabríamos que están en buenas manos.
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