La seguridad está de moda, todo el mundo quiere hablar de ella, pero…
Los delincuentes siguen haciendo de las suyas y ganando dinero. ¿por qué?
Según los expertos: porque saben más de sus víctimas potenciales que lo que nosotros sabemos de ellos.
Hoy, gracias a los consejos de algunos viejos policías, conoceremos algunas cosas de los delincuentes que ellos no quieren que nosotros conozcamos.
Los criminales son profesionales. Se dedican a tiempo completo a su actividad, la estudian, aprenden, se ejercitan y se superan.
No improvisan: planean sus golpes, estudian a sus víctimas y si tienen tiempo, hasta analizan la relación costo-beneficio.
Les va bien en su profesión: un delincuente roba tres o cuatro veces el valor de lo que necesita.
La tercera parte o hasta la mitad del valor de lo robado es la ganancia del topador, quien controla al delincuente, pero de esos hablaremos otro día.
Otra tercera parte es para sus vicios, licor, drogas y prostitución y la otra tercera parte, si queda, es para alimentar y vestir a su familia.
Por eso tienen que robar todos los días, lo que los hace muy peligrosos.
No son víctimas del sistema. Al contrario, aprenden desde jóvenes a utilizar el sistema legal en su propio provecho. Son maestros de la manipulación de trabajadores sociales, sicólogos, defensores públicos y funcionarios judiciales. Ellos mismos se ríen diciendo que en la cárcel todos son inocentes.
No son ignorantes. Todo lo contrario, saben muchas cosas que ni usted ni yo sabemos; como fabricar drogas, armas, fingir enfermedades, herirse sin correr peligro, como aprovecharse de las leyes y por supuesto, como hacer daño a otras personas.
No son buenas personas. En las pandillas aprenden a ser insensibles al dolor, propio y ajeno; hacen sufrir a sus víctimas sin razón aparente, solo por ganar prestigio entre sus colegas.
No son valientes. Si los criminales fueran valientes serían bomberos, cruz rojistas, policías o salvavidas. En realidad solo atacan a víctimas indefensas o distraídas. Cuando esperan resistencia, siempre atacan en cuadrilla.
Y como la seguridad es un drama diario en costa rica, tendremos que volver a este tema en un futuro Panorama.