Que pena da ver un pleito,
La gente cuando se enoja lo primero que hace es recordarse tres cosas:
La profesión de la mamá,
El árbol genealógico de la familia
Y el tamaño de algunas partes del cuerpo.
¡Qué diferencia con aquellos tiempos en que la gente tenia estilo y buen gusto, hasta para ofenderse!
Por ejemplo, cuando el critico de teatro estadounidense Walter Kerr quiso hablar mal de un actor, dijo:
Su mayor ilusión es ser normal.
El famoso abogado estadounidense Clarence Darrow reconoció:
Nunca he matado a nadie, pero he leído muchas notas luctuosas con gran placer.
El profesor Moses Hadas envió un día esta nota:
Gracias por enviarme un ejemplar de su libro, no perderé el tiempo en leerlo.
El escritor Mark Twain comentó la muerte de un crítico diciendo:
No asistí a su funeral, pero envié una nota expresando mi aprobación.
Y a otra persona le dijo:
¿por qué me miras con esa cara de sobre sin dirección?
Y otro escritor, el británico Oscar Wilde, dijo de alguien:
No tiene enemigos, pero es profundamente detestado por sus propios amigos.
Y lo remató con esta frase:
Algunos traen la felicidad por donde van. Él la trae cuando se va.
Y al estreno de una de sus obras, George Bernard Shaw le escribió a sir Winston Churchill:
Le envió dos tiquetes para el estreno, traiga un amigo, si tiene alguno.
El primer ministro le respondió:
Me es imposible asistir la noche del estreno. Pero iré a la segunda función, si es que hay.
En una de sus canciones, el compositor Stephen Bishop canta:
Me siento tan mal sin ti, que es casi como si estuvieras conmigo.
La actriz Mae West dijo de alguien;
Si yo fuera su mamá, lo hubiera tirado y me habría quedado con la cigüeña.
Y el escritor escocés Andrew Lang dijo de un político:
Las estadísticas le sirven como el poste a un borracho: para apoyarse, en vez de iluminarse.
Pero la mejor insultada se la dieron el primer ministro conservador Winston Churchill y la representante laborista Lady Astor:
Ella le dijo: Si usted fuera mi marido, yo le pondría veneno en el té.
Y él le respondió:
Señora, si usted fuera mi esposa, yo me lo tomo.