Hace un siglo y medio, la guerra arrasaba Europa, lo que no era ninguna novedad pero el avance tecnológico hacia que las armas fueran mas mortíferas y el aumento de la población había multiplicado el tamaño de los ejércitos. Es en esa Europa que, en el valle de Solferino se enfrentan los ejércitos francés y austríaco. trescientos mil hombres que se masacran durante dos días. los lugareños invitan a un visitante suizo a observar, desde una colina, las maniobras de la infantería, las cargas de caballería y el fragor de los cañones. Pero lo que más impresionó a ese visitante fue ver, al día siguiente, a miles de hombres agonizantes, sin que nadie hiciera nada. De regreso en su patria se dedica a conmover la conciencia de las personas decentes sobre las atrocidades de la guerra, y propone una solución: ¿No sería posible, en tiempos de paz y calma, formar sociedades de ayuda, formadas por personas dedicadas y por voluntarios conscientes, para ayudar a esos heridos en tiempos de guerra? Hoy, ese sueño de Henry Dunant es realidad en las sociedades de la Cruz Roja y la media luna roja, las que, de manera independiente y totalmente neutral, proveen ayuda humanitaria en más de ciento sesenta países. Por todo el mundo, cientos de miles de voluntarios de la cruz roja, llevan alivio, no solo a los heridos de las guerras, sino a damnificados de inundaciones y terremotos Vacunan a millones de niños, Desarrollan planes de prevención de epidemias en poblaciones en riesgo, Y cuando hace falta, denuncian a las transnacionales farmacéuticas por los altos costos de las medicinas en el tercer mundo. Hoy, en el aniversario del nacimiento de su fundador. Todos los habitantes de la tierra, agradecemos en los voluntarios de la cruz roja, a la figura de este benefactor de la humanidad: el ciudadano suizo Henry Dunant,