Ayer conversábamos sobre las elecciones estudiantiles.

Y algo que ayer no dijimos es que en muchos centros educativos estas elecciones no son más que decorativas .

Luego de realizada la elección, el espacio que tienen tanto ganadores como perdedores es muy pequeño.

Por eso en el Ministerio de Educación quieren que eso cambie y que las autoridades educativas le den la importancia que merecen, tanto los estudiantes que ganaron como los que dieron la lucha y que al final no obtuvieron la mayoría de los votos.

También el Tribunal Supremo de Elecciones advierte que el resultado de esta elección responde al mandato popular; en este caso de los estudiantes del centro educativo y el resultado debe ser respetado, aunque no satisfaga las preferencias de director, asistentes y docentes.

Sobre esto amplía Leonardo Garnier, Ministro de educación Pública

Inserción:   una de las razones por la que nosotros le hemos dado importancia es precisamente por esta sensación que nos hemos encontrado, y no ahora de estar en el Ministerio sino desde antes; que muchas veces lo que hay es la semana de elecciones con jolgorio con carteles y toda la cosa. Se hace la elección y una vez que pasa la elección no pasa nada, hasta un año después en que vuelve a haber una semana de debates y de jolgorio y demás. Ahí más bien esto se convierte en una enseñanza negativa sobre la democracia.

Por su parte, el Tribunal Supremo de Elecciones tiene claro que desde ese momento, en el que los estudiantes participan en una elección, ya sea dentro de un partido, votando o como fiscales de mesa, es la primera escuela para fomentar la participación en las elecciones nacionales o locales, en el caso de la elección de alcaldes.

Por eso funcionarios del tribunal han brindado capacitación en varias de estas instituciones.

Y como de chiquitos se va para grandes, si los muchachos se acostumbran a que las elecciones solo importan durante quince días, cuando sean adultos, tampoco esperarán nada de los procesos de elección de las autoridades nacionales.

Por el contrario, si aprenden desde la escuela a ser participantes críticos de estos procesos, es de esperar que cuando sean ciudadanos de plenos derechos; aporten esa misma actitud responsable a la política