Martes, 21 Abril 2009 18:00

Después de perder la salud, lo peor es perder el trabajo

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En estos tiempos de crisis, las noticias que sobresalen son las referidas a las grandes cantidades de personas que están siendo despedidas de sus puestos de trabajo. Son miles de miles las personas cesadas, principalmente, en Estados Unidos y la Unión Europea, en nuestro país, a Dios gracias, los despidos han sido en mucho menor número pero no por eso dejan de ser verdaderas tragedias personales y familiares.

El impacto numérico es tan alto que, probablemente, esto hace que se pueda ver el asunto desde la perspectiva del drama humano que se genera, al saber que se ha perdido la fuente de ingresos, aquella de la cual depende el sustento personal y familiar del cesado.

La angustia de no saber ¿Cómo se hará para cubrir las obligaciones mínimas para tener un nivel de vida decoroso? No puede ser más grande. La mayor incertidumbre la produce el no saber ¿Cómo conseguir pronto un nuevo trabajo?  Pues la crisis ha generalizado la decisión de mantener los costos bajos y no contratar recurso humano, al menos mientras la economía mundial y nacional reinician su recuperación.

Ante tal drama humano quiero referirme a dos noticias que escuché, hace algunos días, asociadas a crear puestos de trabajo y por lo menos, a mantener los actuales.

La primera fue cuando la Contraloría General le atravesó la carreta a la iniciativa del Gobierno de construir una refinería en asocio con China, según informaba el medio periodístico, Por supuesto que la posición del ente controlador está, sin duda, apegada a derecho pero lo cierto es, que no por eso se deja de perjudicar al país pues en aras de la legalidad, se sacrifica el bienestar del pueblo,

En anteriores comentarios, he insistido en que tenemos demasiadas leyes, decretos y reglamentos convertidos en fines en sí mismos, donde a veces, ni siquiera cumplen con los objetivos que inicialmente les dieron origen pero eso sí, irremediablemente se han convertido en una verdadera camisa de fuerza para el desarrollo económico y social de Costa Rica y además de alguna forma hasta estimulan la corrupción. Es oportuno aclarar que con este decir, no pretendo promover el irrespeto a nuestro ordenamiento jurídico pero este no debería estar por encima del bienestar del pueblo.

La otra noticia fue la reacción del señor Albino Vargas, dirigente sindical ante la propuesta del sector empresarial en el sentido de crear, por excepción, una flexibilización a la jornada laboral.  Según se informó, don Albino aducía que tal iniciativa era inaceptable e improcedente pues iba contra el Código de Trabajo.

Nuevamente, la legalidad por encima del ser humano y me pregunto ¿Qué pensaran las personas que vayan a ser despedidas, con el debido pago de todos sus derechos laborales? ¿Acaso no preferirían estas personas mantener sus trabajos, aunque tuvieran que ver reducidas sus horas laborales, en vez de quedarse sin trabajo?

La actual crisis económica ha tomado desprevenidos a unos y a otros, tanto así, que los economistas más renombrados se han quedado cortos en explicar sus causas y más aun, en señalar opciones objetivas que le cambien el rumbo a la actual situación.

Tal como están las cosas, lo que es imperdonable es no permitir que se creen nuevos puestos de trabajo y que las personas queden cesantes solo porque la resistencia al cambio, es tal que impide ser visionario y deslumbrar mejores tiempos, aunque para eso, haya que hacer algunos sacrificios temporales.