Lunes, 06 Mayo 2002 18:00
¿Cómo se puede estimular a trabajar mejor a los empleados públicos?
Escrito por Gustavo Delgado
Los trabajadores de la empresa privada trabajan bien porque siempre tienen la amenaza potencial del despido.
Por otro lado, cuentan con incentivos positivos, como bonificaciones, ascensos, reparto de acciones y regalos.
¿pero, como se puede estimular a trabajar mejor a los empleados públicos?
Por un lado, no se puede bonificar a nadie,
Y por otro, la inamovilidad es artículo de fe de toda la administración pública de América Latina.
Recientemente, el Banco Interamericano de Desarrollo divulgó la experiencia reciente del equivalente chileno de nuestra tributación directa.
El director de esa entidad afirma que es difícil, pero no imposible, despedir a los malos empleados.
Lo que ocurre, es que los jefes prefieren no aplicar la ley a los malos empleados, para no tener problemas con los sindicatos.
En esa entidad chilena, los funcionarios son evaluados cada año, y reciben calificación A, B , C, o D.
Todos los calificados con la letra D, y los que reciben la letra C dos años seguidos; pueden ser despedidos.
Para ese administrador, todos los despidos que ha hecho, han sido aprobados por sus empleados.
"Descubrimos que si decíamos abiertamente cuáles eran las razones para despedir a alguien, la opinión de los empleados se volvía enseguida a nuestro favor. Cuando escuchaban los detalles del caso, los empleados decían ¿Por qué no lo echaron antes?
Pero por otro lado, el Estado Chileno tiene desde hace cuatro años, un novedoso sistema de incentivos salariales para sus empleados,
Cada burócrata chileno es objeto de una evaluación anual.
Si recibe la clasificación superior, gana un aumento adicional de su sueldo, de un cuatro por ciento, los de la clasificación intermedia, reciben el dos por ciento y los de la clasificación inferior, no reciben nada.
Pero los sindicatos dicen que muchas veces las mejores calificaciones las reciben los amigos de los jefes, y que el sistema es arbitrario.
Los administradores estatales chilenos reconocen que ningún sistema es perfecto, e insisten en que los empleados pueden apelar las calificaciones.
Y como afirma un experto en relaciones laborales:
en el aparato estatal, no ofrecer estímulos al mejor desempeño significa premiar a los malos empleados