El avance en la utilización de medios electrónicos para adquirir bienes y servicios es realmente impresionante.
Hace una década el comprar por computadora era parte de la ciencia ficción, sin embargo hoy en día esta forma de comercio se convierte cada vez más con mayor rapidez en una parte activa de nuestras vidas.
Estos avances en la tecnología implican a corto plazo un cambio total en nuestra forma de vida, ya que estamos empezando a depender, en forma completa, de medios electrónicos para desarrollar nuestras actividades cotidianas como la comunicación con otros, la diversión, el consumo de bienes y servicios y la búsqueda de información.
Los medios mecánicos de satisfacer nuestras necesidades, producto de la sociedad industrial, poco a poco van cediendo su lugar a los microships y cables de fibra óptica, que son los representantes de esta nueva revolución económico-social.
Nos encontramos ante una nueva etapa de desarrollo e la humanidad, pero cabe preguntarnos si ¿estaremos preparados para insertarnos en esta nueva era?
En los países más desarrollados el crecimiento de la economía digital ha sido impresionante.
El número de transacciones comerciales ente empresas y consumidores alcanzó a nivel global los 15 mil millones de dólares en 1998, 30 mil millones en 1999 y para el 2002 se calcula que el total de compras de consumidores por internet llegará a los 80 mil millones de dólares.
Para los costarricenses, esta realidad no debe ser ajena. El consumidor nacional debe estar preparado para insertarse en este mundo digital en el cual las compras van a ser ordenadas por medio de la red mundial de internet y en donde nos encontramos cada vez menos agentes materiales y más agentes electrónicos.
En este sentido la legislación nacional debe variar para estar acorde con el avance tecnológico mundial y ofrecerle una verdadera protección al consumidor, y así dotar de confianza al mercado digital.
FUENTE Asociación de Consumidores de Hatillo.