En el marco de lo que otrora se denominó el Plan Puebla Panamá y que ahora se conoce como Proyecto Mesoamérica, los países de la región centroamericana incluyendo a México, se plantearon con tino fortalecer aquellos corredores terrestres que facilitaran precisamente el transporte de mercancías. Dentro de esta iniciativa (Red Nacional de Carreteras Mesoamericanas -RICAM) se enmarca la vía conocida como Vuelta de Kooper- Bajos de Chilamate en lo que se ha definido en nuestro país como la manera de completar el Corredor Nor-Atlántico.
En términos muy generales el proyecto se describe así: en la actualidad el paso para el transporte de mercancías que provienen de la región centroamericana se inicia en nuestro territorio por la frontera con Nicaragua en Peñas Blancas; el recorrido tradicional para llegar a puerto en la Zona Atlántica obliga a recorrer la vía hacia Caldera o Cambronero, para enrumbarse al Valle Central y tomar la peligrosa e impredecible Ruta 32 atravesando el Parque Nacional Braulio Carrillo. Pues bien, el Corredor Nor- Atlántico permitirá que todo ello se evite pues la venidera vía de Vuelta de Kooper (San Carlos)- Bajo de Chilamate (Sarapiquí) hará que el transporte se realice igual desde Peñas Blancas pero desviándose hacia Upala, pasando por Guatuso, las Llanuras de San Carlos para llegar a la Zona de Sarapiquí en Heredia y finalmente a la Ruta 32 en la entrada a Río Frío. Para tener una idea de la importancia de esta obra, entre Vuelta de Kooper y Bajos de Chilamate hay solamente 27 kilómetros con los que se completaría la Ruta Nacional 4.
Es imperativo que esta obra de altísima trascendencia nacional se concluya cuanto antes. El empeño que el Gobierno debe poner para lograr este objetivo se torna cada vez más urgente; los últimos sucesos así lo exigen.
Edgardo Campos Espinoza, Abogado-