Desde hace varios meses habíamos llamado la atención sobre el proyecto de canalización del río San Juan por parte del Gobierno de Nicaragua, y sus potenciales riesgos ecológicos en la zona norte.
Obviamente que la construcción de un canal por el río San Juan causará impactos ambientales, de los cuales Costa Rica, se verá afectada. Recordemos que la construcción implicaría el remover de mucho material del río, dragados, y utilización de maquinaria y equipo pesado. Eventualmente habría construcciones de represas en ciertos sectores, que podría hacer llegar el nivel de las aguas hasta territorios que hoy son costarricenses, lo que podría traer problemas de soberanía y efectos legales internacionales.
Por tal razón, nuestro gobierno debe solicitar al de Nicaragua que se le informe de los alcances de canalización del río. Pero más que eso, si llegara a ser factible la canalización hay que exigir la realización de estudios de impacto ambiental. Por otro lado, recomendamos a nuestro gobierno ir recopilando toda la información pertinente sobre la región norte y sobre cuencas multinacionales. Sobre el caso de la Cuenca del San Juan, hay un importante estudio realizado por la SIECA, en donde se analizan factores ambientales, climáticos, de precipitación, y los efectos de obras de represamiento del río.
Costa Rica debe hacer valer sus derechos sobre el río San Juan. Pero aporte de esto, convencer a los nicaragüenses de que el valor del río depende en mucho del potencial hídrico de los ríos tributarios, que están en Costa Rica. Es decir, un proyecto de canalización no se puede planear sin tomar en cuenta a nuestro país, con sus recursos acuáticos, pues el río San Juan es una Cuenca, con recursos naturales compartidos.
La canalización del río San Juan debería llevar implícito el desarrollo de un programa de conservación de cuencas, en especial de la protección de los bosques de la cuenca. Es más, se debería pensar en la creación de un Parque Nacional internacional que protegiera la Cuenca Binacional del río San Juan.
Costa Rica ha establecido áreas silvestres fronterizas, como la de Caño Negro y Barra del Colorado. Sin embargo Nicaragua no ha cumplido con sus compromisos ambientales asumidos en la Reunión Mundial de la UICN realizada en Costa Rica en febrero de 1988.
Costa Rica debe respaldar y adoptar las directrices y principios para controlar, prevenir, reducir o eliminar los daños ambientales a recursos naturales compartidos que ha planteado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En esta coyuntura, la adopción de estas directrices es prioridad.
La posición de Costa Rica debe ser firme, y si es del caso, aparte de grupos de expertos de la Región, debe solicitarse apoyo y respaldo técnico a organismos como las Naciones Unidas, para que se analice los efectos ambientales de un proyecto de canalización de una Cuenta Internacional con recursos naturales compartidos.
Alexander Bonilla Durán
Desde hace varios meses habíamos llamado la atención sobre el proyecto de canalización del río San Juan por parte del Gobierno de Nicaragua, y sus potenciales riesgos ecológicos en la zona norte.
Obviamente que la construcción de un canal por el río San Juan causará impactos ambientales, de los cuales Costa Rica, se verá afectada. Recordemos que la construcción implicaría el remover de mucho material del río, dragados, y utilización de maquinaria y equipo pesado. Eventualmente habría construcciones de represas en ciertos sectores, que podría hacer llegar el nivel de las aguas hasta territorios que hoy son costarricenses, lo que podría traer problemas de soberanía y efectos legales internacionales.
Por tal razón, nuestro gobierno debe solicitar al de Nicaragua que se le informe de los alcances de canalización del río. Pero más que eso, si llegara a ser factible la canalización hay que exigir la realización de estudios de impacto ambiental. Por otro lado, recomendamos a nuestro gobierno ir recopilando toda la información pertinente sobre la región norte y sobre cuencas multinacionales. Sobre el caso de la Cuenca del San Juan, hay un importante estudio realizado por la SIECA, en donde se analizan factores ambientales, climáticos, de precipitación, y los efectos de obras de represamiento del río.
Costa Rica debe hacer valer sus derechos sobre el río San Juan. Pero aporte de esto, convencer a los nicaragüenses de que el valor del río depende en mucho del potencial hídrico de los ríos tributarios, que están en Costa Rica. Es decir, un proyecto de canalización no se puede planear sin tomar en cuenta a nuestro país, con sus recursos acuáticos, pues el río San Juan es una Cuenca, con recursos naturales compartidos.
La canalización del río San Juan debería llevar implícito el desarrollo de un programa de conservación de cuencas, en especial de la protección de los
bosques de la cuenca. Es más, se debería pensar en la creación de un Parque Nacional internacional que protegiera la Cuenca Binacional del río San Juan.
Costa Rica ha establecido áreas silvestres fronterizas, como la de Caño Negro y Barra del Colorado. Sin embargo Nicaragua no ha cumplido con sus compromisos ambientales asumidos en la Reunión Mundial de la UICN realizada en Costa Rica en febrero de 1988.
Costa Rica debe respaldar y adoptar las directrices y principios para controlar, prevenir, reducir o eliminar los daños ambientales a recursos naturales compartidos que ha planteado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En esta coyuntura, la adopción de estas directrices es prioridad.
La posición de Costa Rica debe ser firme, y si es del caso, aparte de grupos de expertos de la Región, debe solicitarse apoyo y respaldo técnico a organismos como las Naciones Unidas, para que se analice los efectos ambientales de un proyecto de canalización de una Cuenta Internacional con recursos naturales compartidos.
Alexander Bonilla Durán