Estamos de acuerdo en lo que nos han dicho algunos costarricenses preocupados por la situación. Ellos nos dicen que no son solo los “chiquitos de papi” los que causan problemas en las playas, también son familias enteras de clase media los que andan con licor y a altas velocidades, y tarde o temprano van a causar un accidente.
No estamos en contra de las tiendas de campaña. Pero sí somos claros en que muchos inconscientes cortan árboles, hacen sus necesidades en cualquier lado, ponen los equipos de sonido a todo volumen y guindan ropa por todo lado.
En las playas lo que debe privar es un sistema de acampar como el que priva en los parques nacionales, con áreas determinadas y controles ambientales y sanitarios.
Ese rol y control deben asumirlos las municipalidades y por qué no con el apoyo de grupos comunales y los propios empresarios turísticos.
Nuestras playas son libres y así deben mantenerse; pero en ellas no debe permitirse el desorden, la contaminación, el relajo, en fin la anarquía,.
En consecuencia, propugnamos, como lo dijimos, por planificar inteligente y visionariamente el uso de las playas, donde se establezcan lugares especiales para acampar y se pongan en claro las reglas del juego ambientales y sanitarias.
Todos, ciudadanos, veraneantes, autoridades, el Instituto Costarricense de Turismo, ICT, empresarios turísticos, grupos de conservación; tenemos que buscar un ordenamiento turístico en nuestras playas, porque de lo contrario las contaminaremos y alejaremos al turismo internacional y hasta el local.
.Alexander Bonilla Durán.