Ni los brazos candentes del sol, ni el pesado abrigo del frío, merman la voluntad de trabajo de esos hombres y esas mujeres quienes están dedicando parte de su vida a transitar, los sábados, por los parques España y Morazán y el Jardín de Paz de nuestro país transmitiendo su arte como parte del proyecto del Ministerio de Cultura y Juventud, Enamórate de tu ciudad…
Así es. Dedicados en cuerpo y alma a su expresión cultural, y siempre en pie de lucha ante las adversidades, estos singulares y anónimos creadores mediante su música, bailes, representaciones teatrales, juegos tradicionales y de mesa, títeres, recitales, mímicas o comidas despiertan, en el sentimiento de su público, múltiples alegrías, vasta admiración y sinceros aplausos que hacen de su labor todo un banquete de arte.
Un arte que, ciertamente, no participa de los parámetros del arte de élite; es decir, aquel que se piensa le es propio a una minoría erudita quien, privilegiada por los dones de las Musas, es la única que puede producirlo, entenderlo y prolongarlo. El de ellos es un talento popular, un arte sencillo, nacido del espíritu y la sangre de esos creadores populares que trabajan por y para el pueblo sin distingos de clase, religión, género o edad.
¿Cada cuánto tenemos la oportunidad de ver congregada y disfrutar tanta creatividad popular en la zona capitalina?... Por ello representa una experiencia lúdica asistir a este tipo de encuentros culturales, máxime para permitirle a nuestra mente y espíritu descansar de tantas tensiones, de tantos noticias cargadas de sensacionalismo y de tantos distractores tecnológicos que, aunque necesarios, pueden sumergir a las personas en una peligrosa pasividad . Sencillamente me fue poético el observar cómo un adulto mayor con su nieto, o una madre con su hija estaban, al aire libre, jugando dominó o tablero, y fue mágico cómo por unos instantes mi niño interno afloró, a pleno disfrute, al unirme a unos pequeños para participar en los juegos tradicionales e interactivos.
Definitivamente el proyecto Enamórate de tu ciudad es una hermosa prueba de que Costa Rica aún tiene aspectos magníficos que ofrecerle a sus habitantes. Recordemos que si existe un aspecto que educa, enaltece y le permite a los humanos percatarse del ámbito social en el que están inmersos, es el arte. En este sentido, si realmente queremos comprender el arte como un horizonte abierto, y hacer de él un arquitecto de las condiciones espirituales, intelectuales y sociales de nuestro país, no debemos ignorar los esfuerzos que el Ministerio de Cultura y Juventud está llevando a cabo para reivindicarlo y hacerlo accesible a todos.
De ahí que sea fundamental que comprendamos que el arte popular también es creación y, por ende, sublimación, conocimiento y libertad. No apoyar y no dignificar este tipo de manifestaciones que están latiendo y deambulando los sábados en San José por nuestras calles o parques, equivaldría a renunciar a un valioso patrimonio. Por ello, contribuir, en la medida de lo posible, a fortalecerlas, procurar que la destreza y sabiduría de estos artistas no se pierda y que las entidades culturales y el pueblo les siga ofreciendo una base favorable para su desarrollo, son fines que deben imperar si es que, en realidad, deseamos conservar y difundir nuestra identidad cultural.
Brindo un reconocimiento al Ministerio de Cultura, a los respectivos patrocinadores y a cada uno de los integrantes de este enamoramiento cultural por ayudarnos a redescubrir la autenticidad y vigencia de nuestra fecunda cultura popular y, de esta manera, fortalecer el concepto de identidad nacional que es fundamental para reconquistar el alma cultural de nuestra Patria. Ya lo dijo el pintor Marc Chagall: “El arte es, sobre todo, un estado del alma”.
Ni los brazos candentes del sol, ni el pesado abrigo del frío, merman la voluntad de trabajo de esos hombres y esas mujeres quienes están dedicando parte de su vida a transitar, los sábados, por los parques España y Morazán y el Jardín de Paz de nuestro país transmitiendo su arte como parte del proyecto del Ministerio de Cultura y Juventud, Enamórate de tu ciudad…
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Así es. Dedicados en cuerpo y alma a su expresión cultural, y siempre en pie de lucha ante las adversidades, estos singulares y anónimos creadores mediante su música, bailes, representaciones teatrales, juegos tradicionales y de mesa, títeres, recitales, mímicas o comidas despiertan, en el sentimiento de su público, múltiples alegrías, vasta admiración y sinceros aplausos que hacen de su labor todo un banquete de arte.
Un arte que, ciertamente, no participa de los parámetros del arte de élite; es decir, aquel que se piensa le es propio a una minoría erudita quien, privilegiada por los dones de las Musas, es la única que puede producirlo, entenderlo y prolongarlo. El de ellos es un talento popular, un arte sencillo, nacido del espíritu y la sangre de esos creadores populares que trabajan por y para el pueblo sin distingos de clase, religión, género o edad.
¿Cada cuánto tenemos la oportunidad de ver congregada y disfrutar tanta creatividad popular en la zona capitalina?... Por ello representa una experiencia lúdica asistir a este tipo de encuentros culturales, máxime para permitirle a nuestra mente y espíritu descansar de tantas tensiones, de tantos noticias cargadas de sensacionalismo y de tantos distractores tecnológicos que, aunque necesarios, pueden sumergir a las personas en una peligrosa pasividad . Sencillamente me fue poético el observar cómo un adulto mayor con su nieto, o una madre con su hija estaban, al aire libre, jugando dominó o tablero, y fue mágico cómo por unos instantes mi niño interno afloró, a pleno disfrute, al unirme a unos pequeños para participar en los juegos tradicionales e interactivos.
Definitivamente el proyecto Enamórate de tu ciudad es una hermosa prueba de que Costa Rica aún tiene aspectos magníficos que ofrecerle a sus habitantes. Recordemos que si existe un aspecto que educa, enaltece y le permite a los humanos percatarse del ámbito social en el que están inmersos, es el arte. En este sentido, si realmente queremos comprender el arte como un horizonte abierto, y hacer de él un arquitecto de las condiciones espirituales, intelectuales y sociales de nuestro país, no debemos ignorar los esfuerzos que el Ministerio de Cultura y Juventud está llevando a cabo para reivindicarlo y hacerlo accesible a todos.
De ahí que sea fundamental que comprendamos que el arte popular también es creación y, por ende, sublimación, conocimiento y libertad. No apoyar y no dignificar este tipo de manifestaciones que están latiendo y deambulando los sábados en San José por nuestras calles o parques, equivaldría a renunciar a un valioso patrimonio. Por ello, contribuir, en la medida de lo posible, a fortalecerlas, procurar que la destreza y sabiduría de estos artistas no se pierda y que las entidades culturales y el pueblo les siga ofreciendo una base favorable para su desarrollo, son fines que deben imperar si es que, en realidad, deseamos conservar y difundir nuestra identidad cultural.
Brindo un reconocimiento al Ministerio de Cultura, a los respectivos patrocinadores y a cada uno de los integrantes de este enamoramiento cultural por ayudarnos a redescubrir la autenticidad y vigencia de nuestra fecunda cultura popular y, de esta manera, fortalecer el concepto de identidad nacional que es fundamental para reconquistar el alma cultural de nuestra Patria. Ya lo dijo el pintor Marc Chagall: “El arte es, sobre todo, un estado del alma”.